Si al empezar un campeonato le dieran chequera libre a cualquier hincha de Boca para pedir un deseo, de cajón que todos coincidirían en ver cumplido un sueño: Boca campeón y River último. Una locura. Imposible. Ya es mucho pedir. Bueno señores, los sueños, a veces se cumplen. Fue en el Apertura 2008. Y mientras River, increíblemente, era una máquina de perder partidos domingo tras domingo, Boca, con un montón de contratiempos encima, peleó a brazo partido el título con Tigre y San Lorenzo. Tan a brazo partido fue la cosa, que hubo que parir un triangular de desempate en cancha neutral para dirimir al campeón. Pero el final fue digno de una película. El club de Núñez no pudo terminar de pasar nunca en puntos a un desastroso Rosario Central y Boca se quedó con el triangular por un gol de diferencia. La vuelta olìmpica y los festejos anticiparon la Noche Buena el 23 de diciembre de 2008. Para recordarlo toda la vida y poder contárselo a los hijos de tus hijos. Inolvidable.
