miércoles, 17 de diciembre de 2008

Scalise con camiseta de Central debajo



En estos tiempos ver una cosa así es casi imposible. Pero lo cierto es que por esos años ochenta no había sanciones de oficio “por incitar a la violencia”. Entonces Scalise se salió con la suya. En la final de liguilla 1985/86 Boca le ganaba a Ñuls 3-1 en el Parque Independencia y lograba empatar una serie que venía no apta para cardíacos. Marito Zanabria decide entonces sacar a Scalise y poner a Stafuzza para aguantar los embates finales de la lepra. Y sucede un milagro. Porque el xeneize, ya con nueve jugadores, anota en el descuento el cuarto gol. Y tras el pitazo final de Gnecco se desata la locura. Ingresan jugadores y cuerpo técnico de Boca a festejar la clasificación a la Libertadores. Eran tiempos de vacas flacas y más valía liguilla en mano que campeonato volando. Y se improvisa una suerte de vuelta olímpica. Aplaudida incluso por algunos plateistas rosarinos hasta que ocurre lo impensado. Se le adivina a Scalise, uno de los más efusivos en los festejos, la camiseta de “su” Rosario Central debajo de la de Boca. Y en pleno éxtasis y desahogo, Scalise redobla la apuesta y tira la casa por la ventana. Se saca la xeneize y queda con la casaca canalla al descubierto y festejando. Empezaron a volar algunos proyectiles y la cosa terminó con la policía reprimiendo en las dos tribunas. Todo gracias a la “folclórica espontaneidad” de Scalise.