martes, 6 de enero de 2009

Sergio Orteman


Puede sonar a prejuicioso, pero es muy normal suponer que hay jugadores que son ideales para ponerse la camiseta de Boca y otros que no. En el caso que nos ocupa, la descripción previa invitaba a pensar que la llegada de Sergio Daniel Orteman le caía como anillo al dedo al equipo. Pero nada más alejado de la realidad. Fue todo un fiasco.
Volante uruguayo raspador y que alcanzó algo de fama cuando se destacó en el Olimpia de Paraguay campeón de la Libertadores 2002. Ya con esto, era como mínimo para ilusionarse. Y más cuando la noche de su debut, por la primera fecha del Clausura 2007, clavó un fierrazo a los 35 del primer tiempo para anotar el tercer gol de Boca. Esa calurosa noche del sábado 10 de febrero, debutaba Miguel Russo como técnico, Boca le ganaba 4-0 a Banfield en cancha de Racing y empezaba a dar vuelta la página luego de la catástrofe del ciclo La Volpe.
El batallador volante uruguayo, acostumbrado a jugar de mediocampista central, tuvo que desempeñarse por las bandas, ya que tras la venta de Gago, el técnico siempre vio con buenos ojos un doble cinco con Battaglia y Banega.
Pero sería bastante inocente agarrarse de eso para justificar el caso Orteman. Jugó bastante seguido al principio pero luego fue perdiendo lugar por dos temas claves: la irrupción de Riquelme en la línea de volantes y una notoria merma física. Y eso, al pelear un puesto con un correcaminos como era Neri Cardozo, le cavó la tumba.
En los minutos que le tocaban jugar se lo podía ver lento, falto de ritmo e impreciso con la pelota. El combo se completaba con una casi nula presencia en ataque. Así que la cosa no tenía mucho retorno que digamos. Y eso que Neri ya empezaba a mostrarse más interesado en su novia que en correr con la camiseta de Boca.
En su única temporada en el club jugó 20 partidos y dejó en el recuerdo solamente ese gol a Banfield y un cabezazo que le sacaron casi en la línea la tarde que Boca goleó a Gimnasia 5-1 con cuatro goles de Palermo. Orteman ni siquiera nos deleitó con algún tranzaco de colección.
Su despedida fue jugando unos cinco minutos el 20 de junio de 2007, cuando Boca venció al Gremio 2-0 en Porto Alegre y levantó la sexta Libertadores.
Hizo los bolsos y se fue a Turquía a jugar en el Buyuksehir. Luego pasó al Racing de Santander de España y posteriormente al Gremio de Brasil. En su carrera, inicialmente, se lo había podido ver defendiendo las camisetas de Central Español de Uruguay, Olimpia de Paraguay, Independiente y Atlas de México.