viernes, 13 de marzo de 2009

Boca al borde del descenso en 1949


Para los que no vivimos en carne propia el Boca de 1949 nos resulta difícil entender un escenario tan dramático. Y menos en estos tiempos de vacas gordas. Pero, aunque sea por un instante, hagamos el esfuerzo de imaginar una situación en la que Boca llegue a una última fecha no sólo descendiendo sino con la obligación de ganar sí o sí para evitarlo. 90 minutos no apto para cardíacos.
En 1949 los dirigentes se propusieron arreglar errores de temporadas pasadas y trataron de reforzar al plantel con jugadores provenientes del interior del país. Entonces llegaron el marplatense Herminio González, los tucumanos Zelaya, Urueña, Domínguez, Sánchez y Contreras y los mendocinos Flamant y Grima.
Con semejante inversión, los cañones apuntaban a un título que ya hacía cinco año se negaba. Y ni el más pesimista pudo imaginar que el único que descendería al final del campeonato pudiera ser el xeneize.
Sin embargo el campeonato de 1949 arrancó torcido ya desde las primeras fechas. Tres derrotas al hilo con el Rojo (0-2), Tigre (1-2) y San Lorenzo (1-4) fueron todo un anticipo de lo que se vendría. Se perdió por goleada con Racing (2-6) y se cayó con River (0-1). Al finalizar la primera rueda el panorama era más que preocupante. Tres triunfos, tres empates y 11 derrotas.
La marcha de la segunda rueda fue igual. O peor. Porque aunque se le ganó a River (2-0 en la Bombonera en la fecha 30) y pareció que la cosa se encaminaba, una terrible racha de derrotas consecutivas con Ñuls (0-4), Racing (1-2), Gimnasia (1-2) y Chacarita (0-1) pusieron al xeneize al borde del desastre.
Tras la derrota con Chaca quedaba una sola fecha y Boca estaba cola en la tabla con 25 puntos, a uno de las 26 unidades de Huracán, Tigre y Lanús. Y justo con el Grana fue el choque de la última jornada. A Bombonera colmada como si Boca estuviera por salir campeón (ver foto 2), Boca salió a matar o morir. Y mató. Antes de los 20 ganaba 2-0 (Martínez y Campana). En el comienzo del segundo tiempo, marcó el tercer gol (Espinoza) y al toque vino el descuento de Lanús. Pero sobre el final se decoró la chapa con dos goles más (Ferraro y nuevamente Campana). Un 5-1 que condenó a Lanús, trajo alivio y sirvió para dejar atrás toda la angustia contenida de la hinchada en lo que fue la peor campaña de la historia de Boca. Jugó 34 partidos, ganó 10, empató 7 y perdió 17 (una rueda entera). Alcanzó los 27 puntos, hizo 53 goles y le convirtieron 58 veces.

De 18 equipos en total, terminó agónicamente en el puesto 15 gracias a esa inolvidable victoria. Para el infarto.
Los once que salvaron a Boca esa tarde fueron Vacca, Marante, Bendazzi, Sosa, Grecco, Pescia, Espinoza, Martínez, Ferraro, Campana y Busico. Desde ya, gracias.