martes, 19 de mayo de 2009

Andrés “Guly” Guglielminpietro


Casi siempre que un jugador llega a Boca proveniente del fútbol europeo, la expectativa es mayor que si el traspaso viniera de otro lado. Y si los clubes por donde se floreó el jugador en cuestión son pesos pesados como el Milán y el Inter de Italia, es casi imposible no depositar kilos de esperanza en el futbolista. Así fue como, de buenas a primeras, aterrizó Andrés Guglielminpietro en Boca.
Delantero en sus comienzos, pero hecho a la fuerza volante ofensivo polifuncional en el competitivo Calcio, llegó a mediados de 2004, cuando el ciclo Brindisi daba sus primeros pasos. Debutó oficialmente la tarde/noche del 15 de agosto en el empate 0-0 contra Lanús en el Sur por la primera fecha del Apertura. En su segundo partido, debutó en la Bombonera haciéndole un gol a San Lorenzo. Fue el segundo del 3-0 final y si bien la jugada fue algo confusa y Guly la empujó en la línea, mandar la pelota adentro y quedar de cara a Casa Amarilla con tan pocos minutos jugados no es para menospreciar.
Concretamente jugó de enganche o media punta, aunque alternó momentos por los costados del mediocampo. Pero lo que empezó a notarse tras su cuarto o quinto partido, fue una llamativa merma física. Era muy común verlo en la mitad de los primeros tiempos con los brazos en la cintura y algo agachado tratando de buscar y cambiar el aire. Sin dudas que esto empezó a jugarle en contra, más que nada al ser una de sus características principales el ida y vuelta casi de área a área. Y los segundos tiempos, más que jugarlos, los sufría. Y se notaba a la legua.
En esa única temporada que estuvo en el club, la 2004/2005, jugó en total 41 partidos oficiales e hizo 11 goles. Pero investigando un poco a fondo, llegamos al interesante dato que de los 41 partidos sólo 10 los jugó enteros. ¿Alcanza esto para decir que el Guly vino casi acabado a Boca? Qué pregunta... Aunque si chequeamos el club a donde se fue tras su paso por el xeneize, ya es prácticamente imposible pensar lo contrario.
El 14 de junio de 2005 jugó su última media hora, la noche que Boca quedó eliminado de la Libertadores contra Chivas. Su carrera, que había comenzado en Gimnasia de La Plata y el Milán, Inter y Bologna, todos de Italia, siguió nada menos que en el Al-Nasr de los Emiratos Árabes Unidos. Luego de embolsar varios miles de verdes, volvió a su querido Lobo para cerrar definitivamente su hora en el fútbol.