viernes, 26 de junio de 2009

Los cuatro penales errados en Manizales


Boca, a lo largo de su historia, cayó en un montón de definiciones por penales. Infinidad de veces le fue bien e infinidad de veces le fue mal. Tuvo tardes fatídicas (contra Ñuls en 1991) y noches perfectas (frente a River en 2004). En algunos casos pudo haber buena suerte (contra Pumas en 2005) y en otras no tanto (frente a Olimpia en 1989). Pero lo que no registra muchos antecedentes que digamos (en Boca y a nivel mundial) es patear cuatro penales y errarlos todos.
Fue la noche del 1 de julio de 2004 y nada menos que definiendo una Libertadores. En el estadio Palogrande de Manizales, Boca vivió un verdadera calvario en esa definición por penales. El hasta entonces casi desconocido Once Caldas de Colombia, sacó provechó, y le arrebató el título al campeón defensor.
Tras empatar 1-1 en los noventa, el encargado de ejecutar el primer penal fue Rolando Schiavi. La verdad, una garantía. Pero el Flaco la quiso poner en el ángulo y la mandó a la tribuna.

El segundo en la lista fue Cascini. Que venía con la chapa del penal ante el Milan. Pero el Mosquito tiró un bombazo casi al medio del arco y a media altura. Bombazo que fue rechazado por el arquero.

El tercero, y ya con el agua al cuello, fue Nico Burdisso. La quiso asegurar como indican los manuales. Fuerte, arriba y al medio. Pero fue demasiado alto y la pelota le movió el arco a Henao tras reventar el travesaño.

El cuarto y último, fue responsabilidad nada menos que de Franco Cángele. Un pibe que había hecho un buen partido pero al que, si nos guiamos por la cara que tenía al acomodar la pelota, la situación lo había sobrepasado. A esa altura el estadio era un infierno y los festejos del local inminentes. Cángele tiró una masita. Débil, de rastrón y no muy esquinado. Una papa para un Henao que se hizo famoso esa noche. Esa fatídica noche para Boca.