jueves, 4 de junio de 2009

Néstor Lorenzo


Un jugador que surge del semillero del mundo, tal como se lo conoce a Argentinos Juniors por sus exquisitas inferiores, y tras afianzarse en primera pasa al Bari de Italia. Luego al Swindon Town de Inglaterra. Más tarde integra la Selección Argentina y es titular en la obtención del subcampeonato de Italia 90. Luego pega la vuelta al país y lo contrata un equipo grande como San Lorenzo. De allí pasa a un club más que digno, como Ferro y termina arribando a Boca a mediados de 1996. ¿Qué conclusiones podemos sacar de todo esto? Primero, que estamos hablando de Néstor Gabriel Lorenzo. Y segundo, que o el fútbol es muy generoso o hay tipos que evidentemente tienen muchísima suerte en esta vida.
Defensor central que recaló en el xeneize para ordenar y dar experiencia y seguridad en la zaga del equipo dirigido por Bilardo. Pero en su única temporada en el club, la 1996/97 (el último campeonato de Bilardo y el primero del Bambino), jugó 14 partidos, no hizo goles y se morfó 3 expulsiones (dos en partidos consecutivos). Dos rojas frente a Independiente y una frente a San Lorenzo en el lamentable 0-4 en Bajo Flores.
Pero más allá de estos números, ya de por sí contundentes, Lorenzo dejó en el recuerdo un nivel muy malo. Lento en los cruces, regalado en los mano a mano y descontrolado en sus salidas, sufrió horrores las líneas de tres que probó Bilardo. Y con Veira, aunque un poco más resguardado, no pudo mostrarse seguro y confiable nunca. Sin pecar de exagerados, era una invitación para colarse en el área de Boca.
Tras su nefasto paso por el xeneize, su impecable trayectoria se cerró defendiendo la camiseta de Banfield.