martes, 2 de junio de 2009

Norberto “Muñeco” Outes


Nadie puede negar que este blog esté compuesto en su mayoría por tipos de dudoso o meteórico paso con la camiseta de Boca. Rascando un poco, también se pueden encontrar falsas promesas o directamente, tipos que fueron flor de fiasco. Pero también están los casos en que es evidente que la mala suerte jugó un papel clave y terminó por mandar a la fosa a alguien que no desentonaba para nada. Tal como le pasó a Norberto Daniel Outes.
Número nueve, veloz y goleador, que tras su paso en Independiente inflando redes, arribó al club en 1980. Ese Boca del Rata Rattín venía en picada, pero el Muñeco se las arregló para convertirse en un renovado aire de esperanza.
Debutó oficialmente el 14 de septiembre en el inicio del Nacional 1980. Fue un 2-0 contra Unión en la Bombonera, y debutar batiendo a Nery Pumpido con un cabezazo de pique al suelo en el arco de Casa Amarilla, hay que reconocer que fue más que aprobado.
Y encima, al domingo siguiente vacunó a River en Núñez. Pese a los reclamos millonarios de que Outes entró al área llevándose la pelota con la mano, el Muñeco no dudó y fusiló a Ubaldo Fillol con un remate alto al ángulo. Golazo.
De ese final de 1980 en buen nivel pasó a quedar algo relegado en 1981, tras la venida en masa de varias estrellas y/o jugadores consagrados. El tema es que si te traen de un saque a Maradona, Brindisi, Escudero, Trobbiani y Morete, es bastante posible que empieces a ver los partidos desde afuera en lugar de jugarlos.
Pese a entrar de a ratos, cumplió su cuota y marcó un gol importante en ese Metro 81. Fue una noche frente a San Lorenzo en cancha de Huracán por la primera rueda. Y sirvió para empezar a darle vuelta el partido al Ciclón.
Sin embargo, el destino no lo ayudó mucho que digamos. Porque el 29 de marzo, un rato al final que entró frente Ñuls en la Bombonera, se convirtió en su abrupta e impensada despedida. ¿Qué pasó? Una inoportuna hepatitis lo terminó de relegar definitivamente y no jugó nunca más.
En total disputó 16 partidos oficiales e hizo 4 goles.
Su trayectoria, que había comenzado en el Rojo, siguió en 1982 por tierras aztecas: en el América y posteriormente en el Necaxa. A mediados de la década del ochenta regresó al país para finalizar su carrera en Vélez.