domingo, 31 de enero de 2010

Los tres goles de Centurión en seis minutos


Haciendo mucho control mental y un esfuerzo sobrehumano por no seguir puteando a Centurión después de que se agarrara sus partes (?) delante del alambrado de Casa Amarilla, hay que reconocer, nobleza obliga, que tuvo una tarde de gloria. Y fue justamente una rueda atrás de ese bochornoso partido final con el Lobo en la Bombonera.
La epopeya de “Mano de Piedra” fue el 27 de julio de 1985 y en la visita de Boca a Gimnasia en el Bosque por la 4ta. fecha del campeonato. Don Alfredo Di Stéfano puso ese domingo en cancha al uruguayo Balerio, Matabós, Brown, Pasucci, Ruso Hrabina, Ivar Stafuzza, Vasco Olarticoechea, Irazoqui, Alfredo Graciani, Chino Tapia y el muchacho en cuestión (?). E inesperadamente, Boca le estaba haciendo pagar con creces el derecho de piso a un Lobo recién ascendido. El partido iba 3-0 y faltando unos diez minutos, Gimnasia se descontroló mal y salió a matar o morir.
Aquí fue cuando entró en acción Ramón Centurión facturando tres contrataques en la red del Lobo. Y todo en seis minutos El primero, a los 35 del segundo tiempo, fue tras un pase de Olarticoechea. Centurión entró al área por el segundo palo, remató, tapó Argüeso, tomó el rebote y la metió por el primer palo. Cuatro a cero.

Tres minutos después, tras una salida de Dykstra lanzado en velocidad hasta mitad de cancha, recibió el pase en cortada, entró solo por el medio y ajustició con un toque corto y bajo. Cinco y ya había fiesta.

En el último, a los 41, tomó otro pase del Vasco, gambeteó a Russo y al quedar mano a mano con el arquero, tiró bajo y a colocar. Golazo. La tarde se cerró entonces con un 6-0 feroz y una ilusión a todo trapo acerca de un nueve que jugaba sus primeros partidos en Boca y había venido justamente a eso, hacer goles.
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PD
La ilusión duró un suspiro y enseguida vinieron momentos bien oscuros.