jueves, 28 de enero de 2010

Mario Alberto


Lo realmente llamativo de Mario Eduardo Alberto no es tener un nombre como apellido. De hecho hay más casos de este tipo (I, II) que supieron ponerse la camiseta de Boca. Lo más llamativo es su arribo al club a los 28 años y sin mucha chapa que digamos, a excepción de varios cientos de partidos en Unión de Santa Fe. Evidentemente el Boca 1984 agarraba lo que le pasara cerca.
Defensor central, preferentemente número seis, Alberto debutó el 8 de abril de 1984 en la segunda derrota en dos partidos del Metro 84. Fue caída 0-2 con Ferro haciendo de local en cancha de Vélez, y esa tarde soleada, nuestro homenajeado formó defensa con Segovia de cuatro, Ruggeri de dos y Oveja Bordet de tres.
Protagonista entonces de ese arranque nefasto del Metro 84, la guillotina que decapitó al Zurdo López le pasó raspando. De hecho, Dino Sani lo movió de la defensa para usarlo de comodín en el mediocampo. Así, de buenas a primeras, le cayó del cielo la oportunidad de meter su único gol oficial en Boca. Fue en la primera fecha de la segunda rueda cuando en un partido nocturno en día de semana, Boca le ganó 3-1 a uno de los candidatos a campeón: Estudiantes. Su gol, el tercero, aseguraron los dos puntos y cerraron lo que fue tal vez la mejor producción de Boca en el año. Pero la primavera duró minutos. Boca volvió a rodar y las derrotas acumuladas despidieron a Dino Sani y a un 1984 tremendo.
Ya en 1985, con Don Alfredo Di Stéfano como técnico, jugó un par de partidos del Nacional a comienzos de año, pero fue perdiendo lugar a medida que Boca, de a poco, muy de a poco, empezaba a armar un equipo más o menos potable. Antes del comienzo de la temporada 1985/86 armó los bolsos tras 22 partidos oficiales en el xeneize, volvió al Tatengue y siguió su extensa carrera, bajándole la persiana definitivamente en Deportivo Maipú de Mendoza.