viernes, 26 de febrero de 2010

Facundo “Colorado” Sava


Fue tan pero tan dramático el andar del Dream Team de Bilardo que lo de Facundo Sava en Boca pasó casi desapercibido. Pero casi. No por eso el Colorado la iba a sacar tan barata (?) ni nos íbamos a olvidar de él.
Llegado al club por expreso pedido del técnico para encarar la temporada 1996/97, este obelisco hecho mediocampista tardó más de lo previsto en ponerse a punto (?). Será por eso que recién tuvo su bautismo de fuego a comienzos de noviembre de 1996. Y cuando ya el agua se filtraba en la sala de máquinas del Titanic.
Esa noche Boca recibió a Independiente en un clásico que ponía en juego algo más que el honor. De hecho Bilardo al tener enfrente nada menos que a Menotti le sacó filo a la guillotina tras la derrota 0-1 en la Bombonera. El Colorado jugó solo un rato al entrar por Tito Pompei, pero la verdad es que no se entendió mucho su función. ¿Una especie de volante con ida y vuelta por la banda o una especie de lateral que intentaba trepar por el costado pero no se animaba? Jamás lo sabremos con exactitud. ¿Perdido dentro del campo de juego? Eso seguro.
Lo concreto es que tras el sartenazo de Menotti al doctor, Sava entró en casi todos los partidos que quedaban de ese Apertura pero de a ratos aislados. Cinco minutos por acá, quince por allá. Nunca jugó mas de media hora. Y así completó a duras penas la cifra de 7 partidos oficiales con cero gol aportado.
La última fecha fue más de lo mismo pero bajo la orden de Pancho Sá como técnico interino. Llegó el verano y las ilusiones renovadas duraron nada. El arribo del técnico que se fajó lindo con un jugador de Boca sirvió, entre otras cosas, para la despedida del Colorado con una tarjeta roja incluida. Fue el 14 de enero de 1997 en un amistoso jugado contra el San Pablo en el Morumbí en el marco de la Copa Hermanos (?). La derrota fea 1-3 fue el broche de un partido que arrancó torcido y en el que Sava, titular desde el inicio por primera y única vez, se fue a las duchas en el primer tiempo. Un cierre a toda orquesta.
Evidentemente no tenido en cuenta por Veira, su carrera iniciada en Ferro, se rehizo como delantero en Gimnasia de La Plata y más tarde en el Fulham de Inglaterra, el Celta de Vigo y Lorca de España, Racing de Avellaneda, Arsenal de Sarandí y ya con un pie al borde del retiro, bajó al ascenso a ponerse la camiseta de Quilmes.