martes, 2 de marzo de 2010

Esteban “Pollo” Herrera


Es muy probable que ni siquiera un Carlitos Tévez haya recibido tanta manija en el momento previo de su salto a primera división. Y semejante burbuja inflada alrededor de Esteban José Herrera, generó altísimas dosis (?) de expectativa que, a la larga, le terminaron jugando en contra. Como casi siempre pasa en estos casos.
La cosa arrancó con comentarios de boca en boca a partir de los partidos de reserva y por vaticinios del tipo “...hay un pibe de inferiores que es número puesto...”. Y la verdad es que Herrera hacía bastantes méritos para ganarse esos elogios. El Pollo metía goles a diestra y siniestra al punto de convertirse en goleador histórico del semillero. Era inminente su aparición y más teniendo en cuenta la cabida que tenían los pibes en el ciclo Bianchi.
Su debut oficial, el 28 de marzo de 1999, fue con 17 años en un empate 1-1 partido frente a Gimnasia por el Clausura. Esa tarde nublada de localía en cancha de Vélez (la Bombonera estaba suspendida por los incidentes en el amistoso frente a Chacarita), recibió una palmeada de Carlos Bianchi y entró faltando diez minutos en reemplazo de la Bolita Giménez. El Virrey se jugaba un pleno para tratar de ganar un partido chivo que recién se había empatado con un zapatazo de Riquelme. Sin embargo, no hubo tarde de gloria para Herrera y, lo que es peor, no hubo continuidad en su carrera. De hecho tuvieron que pasar casi dos años de ostracismo total para una nueva presentación. ¿Qué pasó con Herrera? Ni idea.
Fue entonces a partir de marzo de 2001 en donde jugaría algo más. Con el bicampeonato de América como objetivo y la rotación de Bianchi funcionando a pleno, el Pollo contó con algunas oportunidades más. Sin embargo, no supo o no pudo aprovechar ese momento post Palermo. En el Clausura alcanzó la marca de 8 partidos jugados y 1 gol convertido. Fue el segundo de un 3-1 a Colón en la Bombonera por la fecha 12. Esa tarde, 15 de abril, algunos quisimos creer que finalmente el goleador explotaba y que ya no habría que extrañar al Titán. Nada que ver.
A las poca fechas y con el Clausura ya en el olvido, el Pollo armó los bolsos y se fue en busca de otros horizontes. Así fue como su carrera siguió con las camisetas de Talleres de Córdoba, Chacarita, el Messina y el Luchesse de Italia, los Iraklis, OFI Creta y Veria de Grecia y en la actualidad, el Coronel Bolognesi de Perú.