lunes, 15 de marzo de 2010

Plantel de Boca vs Hugo Gatti


Mucho antes de que los medios digan cada dos días que Boca es un cabaret, los planteles tenían sus lógicas diferencias. A veces normales, solucionadas con charlas de vestuario. A veces sólo dirimidas como debe ser (?): a puño limpio. Obviamente el Boca de 1982 no fue la excepción y siguió al ABC de cualquier interna feroz: pelea, insultos y trompadas. Sólo que esta vez no había dos bandos. Eran todos contra Gatti. Por eso el combo hasta incluyó una especie de vacío que le hicieron al Loco.
El tema arrancó en abril de 1982 y como consecuencia de un fuerte enfrentamiento entre los jugadores y los dirigentes por un tema siempre polémico: los sueldos. A eso hay que sumarle un detalle no menor: el intento de pesificación de algunos contratos que estaban en dólares. Los dirigentes la venían piloteando con refinanciaciones y promesas varias, hasta que a comienzos de ese abril los jugadores dijeron basta de sanata.
El sábado 3 de abril los jugadores tras deliberar duro y parejo durante cinco horas, decidieron finalmente presentarse a jugar en Parque Patricios frente a Huracán por la primera fase del Nacional (partidazo que terminaría 3-3). Pero el reclamo de fondo creció y fue más alla de los sueldos adeudados de febrero y marzo: “...queremos de una vez por todas hablar seriamente de los contratos...” los encararon a Noel y Abbatángelo. Ojo que la decisión final de presentarse frente al Globo fue en teoría “por respeto al público” según se dijo en un comunicado que sacaron los jugadores, pero la verdad se le escapó al Mono Perotti: “...jugamos porque para ir al conflicto necesitamos un arma legal y no la teníamos”.
Entonces se estableció una mini tregua hasta el miércoles 7. Y el plantel esperó en La Candela luego del entrenamiento y antes de concentrarse para el partido del jueves 8 contra Mariano Moreno de Junín en la Bombonera.
A la tarde llamó Noel y casi que imploró: “...les pido por favor que aguanten hasta después del horario de banco, poque estamos detrás de la plata y tenemos que cambiar varios cheques...”. Los jugadores aceptaron pero al mismo tiempo apostaron fuerte: se mandaron derechito a Futbolistas Agremiados. Allí, un grupo integrado por el Mono Perotti, Cacho Córdoba, Krasouski, la Pantera Rodríguez y el Chino Benítez fijaron los pasos inflexibles a seguir: “...vamos a mandar telegramas para que los dirigentes sepan que esta vez va en serio. El martes próximo vence el plazo y si no nos pagan la mayoría de nosotros puede quedar libre...” reflexionó la Pantera.
El temido miércoles 7 llegó y La Candela fue un polvorín. Una comitiva de dirigentes integrada por Noel, Abbattángelo, Baragli, Miyara, Lagana y Del Bene entraron ante la mirada de todos. Pero había un detalle. Miyara, el tesorero, llevaba un maletín con 500 millones de pesos ley en lugar de los 830 millones que eran necesarios para cumplir la promesa. ¿Cómo se obtuvo la guita en un momento del país jodidísimo? Pidiendo adelantos por la Copa de Verano 1983 más el aporte off the record de Corigliano, cosa que provocó un fuerte quiebre entre los mismos dirigentes.
Al contar los billetes, los jugadores explotaron, hablaron de burla y sólo les faltó ponerse los cascos para la guerra que se venía. Tras cenar todos juntos ahí en La Candela, el plantel entero se fue a deliberar para ver si aceptaban esa guita como pago a cuenta. Tardaron poco en darse cuenta de que había unanimidad total en rechazar la oferta y mantener una postura inflexible. Les comunicaron su decisión a los dirigentes y el clima se puso más caldeado.
Pero cuando los jugadores ya se preparaban para irse a dormir casi a la medianoche se produjo un incidente inesperado que haría volar todo por el aire: Tesare vió como Gatti recibía plata de manos de Noel y ni lerdo ni perezoso, se lo dijo al Chino Benitez. Cuerpo a tierra entonces.
La reacción del Chino fue instantánea. Lo encaró a Gatti al grito de “...sos un traidor...”. Lo rodearon a un Gatti que quiso explicar algo pero al ver la reacción generalizada de todos optó por irse a dormir. Con ese clima de camaradería, Boca salió al otro día a la Bombonera y le ganó 2-0 a Mariano Moreno de Junín. Pero las aguas no se habían aquietado sino más bien todo lo contrario. Tras la victoria y en un reportaje en los vestuarios el Chino Benìtez y Cacho Córdoba pasaron factura: “...existe un conflicto con los dirigentes, pero el grupo se mantiene unido... a excepción de Gatti...”.
El clima en el entrenamiento antes del partido del domingo 11 en Salta contra Central Norte se cortaba con un cuchillo. Y como sería la cosa, que el mismo Gatti le pidió al Polaco Cap una reunión con los demás jugadoes. El Polaco paró el entrenamiento y rajó cagado en las patas los dejó solos en la mitad de cancha. El Loco bajó un par de cambios y trató de consensuar diciendo que si decidían no presentarse a jugar él haría lo mismo porque se sentía parte del grupo. Ah, y agregó que la famosa guita recibida de manos del presidente era por unos premios atrasados.
Parece que la excusa no sonó muy creíble porque varios se le fueron encima ahí nomás. El primero fue nuevamente el Chino Benìtez: “...¿por qué no viniste de frente para decir de que se trataba? Además, no te creemos un carajo eso de que es una deuda vieja, porque nunca mandaste un telegrama. Sos uno de los más viejos del plantel y te borraste, cuando no tenías nada que perder. Aquí hay pibes con primer contrato que mandaron telegrama y se están jugando su futuro en Boca...”.
La siguió Perotti: “...estuviste reunido con nosotros cinco horas y no abriste la boca. ¿Qué ejemplo le das a los pibes?...”. Y ya que hacían cola para darle al Loco, se sumó Pasucci: “...vos Hugo sos un tipo muy especial. Hacé tu vida como quieras, pero no podés borrarte cuando hay tanto en juego...”. Para colmo Gatti subió la apuesta y no reconoció haber cometido un error.
El clima, ya bien quenchi, se enrareció aún más en esos días cuando empezó a circular una lista de las cabezas que cortarían los dirigentes. Se hablaba de Krasouski, Brindisi y Trobbiani por tener contratos en dólares y Perotti y Córdoba por ser los cabecillas de la rebelión.
En ese mar de fondo Boca viajó a Salta a jugar contra Central Norte. Ya a esa altura nadie le hablaba al Loco y ni imaginamos lo que debe haber sentido el pobre del Chueco Alves cuando le tocó sentarse al lado de Gatti en el almuerzo.
Como frutilla del postre Boca perdió 1-2 y Gatti se comió los dos goles en forma increíble. Cosa que lo depositó más que nunca en el ojo de la tormenta que ya a esa altura era un tsunami. Tras la derrota en los mismos vestuarios de la cancha de Gimnasia y Tiro, Mouzo lo encaró mal a Gatti y la reacción del Loco fue tremenda. Hubo insultos cruzados y se tiraron un par de piñas. Obviamente Gatti no quiso saber nada con volver en el micro con el plantel y regresó al hotel Huaico de Salta en un taxi.
La historia terminó como tenía que terminar con semejante bailongo. Ese Boca no ganó ninguno de los cuatro partidos clave que venían y quedó eliminado del Nacional cayendo 0-4 con Talleres en el Chateau Carreras.