martes, 25 de mayo de 2010

Mouzo juega ante River de cinco y con hepatitis


La foto, superclásico del 2 de marzo de 1980 por la cuarta fecha del torneo de Primera División, documenta varias cosas: primero, el viejo anillo de socios al costado del campo de juego colmado de arriba a abajo como siempre. Segundo, el momento en que el Loco Gatti es ajusticiado por el uruguayo Carrasco. Y tercero, el regreso desesperado de la defensa de Boca en lo que fue una actuación pobrísima.
Pero la jornada ya se veía venir movidita en la previa cuando el técnico se mandó una patriada que, viendo la abultada derrota 2-5, salió pésima. Rattín le pidió expresamente a Mouzo que le haga la gauchada de jugar de cinco para poder seguir de cerca y marcar a Carrasco, figura millonaria por esas fechas. Así que Roberto se mudó al círculo central y la zaga quedó armada con el Tano Pernía, Sá, Capurro y Bordón.
Como si fuera poco, a la aventura se le sumó un detalle de color. Y de color amarillo para ser más precisos. Mouzo jugó el partido con hepatitis: “...Sí. Jugué con hepatitis. Rattín me pidió que jugara de cinco, marcando a Carrasco. Me saqué una foto con Tarantini, que todavía tengo y estaba todo amarillo. No le di bola porque decían que la hepatitis no se repetía y yo ya la había tenido. Pero a mí se me repitió. Me sentía terrible, pero no quise salir. Perdimos 5-2 y Carrasco fue figura...”. Lamentablemente hay que decir que Carrasco la descosió, hizo dos goles y dejó a Mouzo bien atrás si miramos atentamente la foto. ¿Por qué? Vemos a Capurro cerrando, Pernía saltando, Pancho Sá vencido en el piso y una cabecita chiquita que aparece por detrás del jugador de River. Ese es Roberto Mouzo.