domingo, 13 de junio de 2010

El Independiente - Boca del Torneo de Verano 1993


El estreno del Boca campeón 92 sumado a la rutilante incorporación del Beto Acosta, levantaron muchísima expectativa en Mar del Plata. Por eso, la noche del 20 de enero de 1993, el estadio mundialista Minella estuvo colmado por 30.000 espectadores que pagaron su ticket. Bueno, ojo que también estuvieron las barras de Boca e Independiente. Lo concreto es que hubo un montón de gente que dejó en boleterías unos 400.000 pesos/dólares por ver 90 minutos de fútbol. Minutos que no pudieron ser vistos en su totalidad.
El partido lo ganaba Boca con gol del Beto Márcico y venía bastante tranquilo pese a un par de amarillas puestas por Castrilli. A los 40 hubo tarjeta roja para Gustavo López y a los 2 del segundo tiempo, en una juga aislada, llegó el empate de Néstor Craviotto. A partir de ese momento, los de Avellaneda cerraron filas y se refugiaron todos atrás en plan de llevarse el puntito. Pero el castillo de arena se derrumbó a los 34 minutos de esa segunda parte. Tras varios minutos de cascoteo incesante sobre al área de Independiente, una entrada fulminante del Beto Acosta fue frenada por Craviotto con un foul más grande que una casa. Castrilli marcó el claro penal y sin que nadie lo supiera, llegaba en ese instante la hora del bochorno.
Tras interminables protestas de varios jugadores del Rojo, con Luisito Islas a la cabeza, el Sheriff despuntó el vicio y le mostró la roja al muy amigo de Arzeno y Meijide arquero. En ese momento tomó protagonismo Jorge Marchetta, que en vez de tratar de poner paños fríos, empezó a hacer gestos desde el banco de suplentes como incitando a una retirada. Pero el disparate parece que fue contagiooso, porque en la platea, la plana mayor de la dirigencia de Independiente tomaba la misma actitud: se paraba y también hacía gestos de retirarse.
Con la pelota ya puesta en el punto penal, todos miraban a Marchetta y esperaban la entrada del arquero suplente Velázquez por algún jugador de campo, pero el técnico seguía más preocupado en vender humo incitar a sus dirigidos que en otra cosa. Lo concreto es que a los 35 minutos del segundo tiempo, Craviotto, Moas, Desio, Pelado Meijide, Cagna, Perico Pérez, el Dani Garnero, un tal Fernández y Turco Mohamed emprendieron una lenta caminata hacia los vestuarios. A algunos de ellos se los notaba fuera de sus cabales y bastante nerviosos. Seguramente influyó que el abandono fuera acompañado por un estruendoso “...se cagó, el Rojo se cagó...”. No era para menos.
Los jugadores de Boca se reían disimuladamente quedaron firmes en el campo de juego hasta que un minuto después, a los 36 según el informe del juez, el partido quedó oficialmente suspendido.
Si bien en la cancha había terminado el espectáculo, en los vestuarios recién comenzaba. Y abrió el juego, sanguíneo como siempre, Don Antonio Alegre: “...esto fue una vergüenza, se ha defraudado a la gente que pagó su entrada para ver el espectáculo completo. Esto es exclusiva culpa de los dirigentes de Independiente. Yo vi, porque estaba al lado mío, los gestos que el vicepresidente les hacía a sus jugadores. Ests cosas le hacen muy poco bien a la que es una de las instituciones más importantes del fútbol argentino...”.
En simultáneo, el presidente del Rojo Horacio Sande se contó un chiste que estuvo buenísimo trató de defender lo indefendible: “...Independiente es una institución seria y no puede prestarse a este tipo de cosas. Si nos tratan así vamos a evaluar si vendremos o no a este torneo las próximas veces que nos inviten...”.
El fallo a dictaminar cayó en el Tribunal de Penas de la Liga Marplatense, entidad que tenía bajo su jurisdicción la Copa de Oro 1993, Y en menos que canta un gallo se expidió:
1) Dar por finalizado el partido Boca - Independiente con el resultado 1-0 a favor de Boca (art. 152).
2) Suspender a Luis Islas por dos partidos (art. 186), a Gustavo López por 1 (art. 204) y a Jorge Marchetta por 30 días (art. 262) –sanciones que solo tienen validez en este tipo de torneos–.
3) Remitir a la AFA lo informado por el árbitro involucrando a dirigentes de Independiente.
El último punto del fallo, el 4), fue como para hacerse una remera el más contundente de todos: Independiente queda descalificado del torneo por abandono.