miércoles, 15 de septiembre de 2010

Leonardo Delfino


Seis minutos tal vez no parezca mucho tiempo, pero alcanza por ejemplo, para que un tipo se descuelgue con tres goles. Y también es tiempo suficiente para abrir y cerrar toda una trayectoria vistiendo la azul y oro. Sin ir más lejos, tal es el caso de Leonardo Adrián Delfino, delantero habilidoso surgido de las divisiones inferiores xeneizes.
Tras desandar las matas de pasto de La Candela y hasta formar parte de algunos seleccionados argentinos Sub-17, a los 19 años le llegó el momento de la verdad cuando Silvio Marzolini le pegó un chiflido y lo hizo concentrar para formar parte del banco de suplentes en la última fecha del Clausura 95 frente a Gimnasia de Jujuy en la Bombonera. 
Obviamente ese fin de semana todos los medios apuntaban sus cañones a la definición del título entre Gimnasia y San Lorenzo, pero nada de eso le debe haber movido un pelo a nuestro homenajeado. Su hora había llegado. Entró a los 84 reemplazando a Walter Pico y con el partido recién desnivelado 2-1 a favor de Boca, metió un par de piques eléctricos, su marca registrada. Ojo que en ese puñado de minutos, al fin y al cabo su único rodaje, presenció desde adentro un par de emociones. El gol de Betito Carranza para sellar el 3-1 final y la expulsión de un hombre del Lobo jujeño. Pitó Castrilli y el telón del Clausura se lo llevó puesto, ya que jamás volvió al ruedo y comenzó a desfilar por el fútbol sacándose y poniéndose varias camisetas. A saber: Deportivo Morón, Banfield, San Miguel, Unión La Calera en Chile, Tigre, Sarmiento y Grupo Universitario de Tandil,