jueves, 14 de octubre de 2010

Los dos penales que Guillermo erró frente a Gimnasia

¿O debería decir “Las dos bombitas de crema que Guillermo tiró frente a Gimnasia”? No importa, para el caso es lo mismo. El tema es que alguna vez iba a llegar. Todos lo pedían. El capanga (?) del blog se resistía y no ponía lo que había que poner para publicarlo. Muchos lo piensan pero nadie lo dice. Todo se cuchichea, entre gallos y medianoches. Y varios prefieren creer la postura macri-niembrista acerca de “el mayor ídolo de la historia”. Acá hubo alguien que se hizo el pastelero y repartió bombitas de crema con un duraznito arriba. Casualmente dos veces, casualmente contra el mismo club, casualmente contra el club del cual es hincha fanático. Casualmente todo.
Remontémonos al Clausura 2002. 24 de febrero. El arco de Gimnasia y Esgrima La Plata aguantaba el tembladeral como podía en la Bombonera. El partido se iba con derrota 0 a 1, Boca apretaba y de pronto, penal. Penaaaaaaaaaaal!!!!!! Faltaban nueve minutos para terminar, y llegaba por fin la chance concreta de empatarlo y, por qué no, darlo vuelta de una vez por todas contra este equipito. Pero vaya a saber que pasó. El ídolo Guillermo Barros Schelotto se preparó para un potentísimo (?) remate, cargó la barra de potencia a fondo y… nada. Parece que el joystick de la Play falló, se quedó en amarillito y Hernando tapó sin dificultad el remate. Como diría el golero paraguayo “le pegó al balón con un diario”. Pero en vez del Clarín del domingo, le dio con el suplemento Espectáculos del Diario Popular. Lo concreto es que hubo muchas dudas al respecto. Por suerte, menos mal que estuvo Riquelme para empatar faltando cinco.
Pero no quedó así la mano. Ahora viene la verdadera historia que deja al desnudo “al último rebelde”. Dos años después, el 15 de febrero de 2004 por la primera fecha del Clausura, la cosa venía 0-0 duro y peleado con Gimnasia. El Boca de Bianchi quemaba las naves y la Bombonera empujaba. “Fastidio” estaba en el banco, para variar con cara de orto. Faltando casi media hora, el Virrey lo mandó a la cancha para ganar (?) el partido. ¿Y qué pasó? Otra vez penal, otra vez faltando cerca de 10 minutos para terminar. Otra explosión como dos años antes. Pero ahora va el Flaco Schiavi. Pum!!! Gol!!! Ja Ja Ja!!! ¿Se olvidaron quién estaba en la cancha? Al “máximo caprichoso de la historia de Boca” se le cantó bien las bolas patearlo. Y desautorizó al DT que se volvió loco pidiendo a Schiavi, el encargado de patear. La cuestión de fondo es que el señorito estaba recaliente porque Bianchi lo habia dejado afuera sabiendo a ciencia cierta que se hacía bien el boludo cuando jugaba contra el Lobo (como todos nosotros sabemos pero nadie lo dice y no entiendo porque algunos se lo perdonan mientras que por mucho menos se escuchan insultos a Riquelme o a Palermo. Pero al señor número siete no. Tiene todo permitido: faltar, lesionarse, cabrearse, bombear técnicos, mandar en cana compañeros). Bueno, ¿qué pasó al final? El despechado pateó ahora con el Croniquita y Olave detuvo la segunda bombita de crema en dos años.
Las estadísticas mostraron luego del partido los siguientes números: Schelotto contra Gimnasia tenía un promedio de puntuacion de 4,57, nunca un gol oficial y acababa de errar el segundo penal en forma consecutiva.
No obstante cabe aclarar que el señor Schelotto además de errar el penal mandó en cana al bueno de Fabián Vargas con ampulosos gestos con los brazos cuando al toque perdió una pelota. Demás está decir que dejó como un boludo al Flaco Schiavi y lo mejor fue la conferencia de prensa de Bianchi con su declaración “...el autorizado era Schiavi, Al estar Guillermo Barros Schelotto, él lo quiso patear... y lo pateó...". Tremendo silencio en la sala y todo tipo de suspicacias que empezaron a dar vueltas.
Es válido aclarar el nivel de juego del siete vs Gimnasia. Ya desde el famoso primer partido en el Bosque cuando Palermo metió ese cabezazo heroico sobre el final y se besó los botines rojiblancos, el señorito se la pasó haciéndole gestos a la platea lateral de Boca, la de madera, que se cansaba de putearlo diciendole que no se haga el boludo que jugaba para Boca. Una falta de profesionalismo total, 
Esta es una historia verídica que tuvo distanciados al mejor DT de la historia con el supuesto máximo ídolo durante muchisimos años, ya que el Virrey venía juntando desde cuando le hizo la cabeza a Palermo en Japón para que le vaya a hablar para que saque al Chelo Delgado. El mismo DT que pidió que lo vendan varias veces, pero nunca se pudo ir porque no pasaba ni de casualidad una revisión médica. 
Queda a criterio de ustedes. ¿Fueron enormes las atajadas de Olave y Hernando? De ninguna manera, ya que fueron dos tiritos despacios, al medio y abajo. ¿Se hizo el boludo Guillermo? ¿Lo hizo a propósito entonces? Los hechos existieron, quien no los quiera ver, Mauricio, Fernando y su chirolita Safarián están esperando en su mesa alguno más que se quiera sumar al grupete.
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Autor GUYO