jueves, 25 de noviembre de 2010

La interna del plantel explota a horas de la final del mundo

En plena adrenalina de estar contando los segundos para que empiece el esperadísimo Boca - Real Madrid, el hecho pasó casi desapercibido. Y no era para menos, ya que lo verdaderamente trascendental se ponía en juego el 28 de noviembre a primera hora argentina. Pero a dos días de la final hubo un lindo (?) terremoto dentro del plantel que no dejó muertos (?) sólo porque el partido terminó en triunfo 2-1 sobre los merengues. Y que además no hizo otra cosa que poner en evidencia dos temas: lo calentita que se mantenía la interna del plantel y la muñeca de hierro que tenía Bianchi para pasar turbulencias como ésta o incluso peores.
Ya con la Intercontinental en las vitrinas del club, el hecho concreto trascendió y dejó de ser un secreto a voces: el 26 de noviembre Martín Palermo fue a encarar a Bianchi para decirle que se sentía más cómodo (?) haciendo dupla de ataque con Guillermo Barros Schelotto que con el Chelo Delgado. A lo que Bianchi lo espantó contestándole “...bueno, no hay problema. Juega Guillermo pero en tu lugar...”.
Tiempo después fueron surgiendo detalles de color acerca del hecho. Y no precisamente detalles menores. Según el mito que ya a esa altura era una bola de nieve imparable, la iniciativa de Palermo había sido a pedido de su amigo Guillermo. Muchos creyeron y otros tanto se resistieron. Pero una nueva interna del plantel varios años después dejó blanco sobre negro, cuando el Chelo Delgado, ya retirado, pidió un micrófono y gritó a los cuatro vientos: “...en Japón, a dos días de jugar la final del mundo, Martín le fue a decir a Bianchi que me sacara, eso no es de compañero ni de respetuoso. Palermo fue a decirle que ponga a Guillermo porque no se entendía conmigo, cuando antes de ir a Tokio jugamos juntos siempre, tuvimos un nivel bárbaro y salimos campeones de todo. Además, acuérdense lo que le pasó al Chino Benítez en su momento. Yo no iba a ser cómplice de echar a un técnico. Por qué lo echaron después de no poner a Palermo y Guillermo en el partido que perdimos 4-0 con Chivas: porque nos puso a Palacio y a mí...”.
Para los que todavía dudan de un eventual enojo del Mellizo por no ser parte de la gesta histórica ante el Real Madrid, va la brutal confesión del hermano de Gustavo: “...cuando volvimos de jugar contra el Madrid en Japón, que Bianchi puso al Chelo, el enojo me hizo pensar en irme del club. Me llamó el presidente de la Real Sociedad, de España. Nos pusimos de acuerdo con el contrato y le pedí que arreglaran todo con Boca. Al regreso de Japón volví a jugar, estuve en el partido del campeonato contra Estudiantes, se me fue la calentura y un día antes de terminar el torneo se comunicaron conmigo de nuevo. Les pedí que llamaran el lunes. Y el lunes ya me había ido de vacaciones a Cancún con mis amigos. O sea: no tenía más ganas de irme...”.
El incidente quedó grabado a fuego para los protagonistas más amigos y fue la piedra fundamental (?) de una división que quedó tapada con vueltas olímpics pero jamás fue olvidada.