lunes, 17 de enero de 2011

El Boca - River del Clausura 2010


Como este blog no es de actualidad, ya dejamos pasar un tiempo más que prudente (?) para hablar de un superclásico que una vez más ganó Boca, pero que contó con la particularidad de haberse suspendido y completado 96 horas después.
El partido, correspondiente a la fecha 10 del Clausura 2010, estuvo programado para el domingo 21 de marzo a las 3 de la tarde en la Bombonera. Pero ese otoño arrancó con un lindo temporal que hizo que cayeran de punta desde aproximadamente las 10 de la mañana. Todo el mundo le puso onda y supuso que en algún momento pararía, pero la realidad es que recién dejaría de llover sobre Capital Federal a eso de las cinco, cinco y media.
Lo cierto es que dos horas antes del partido, la Bombonera se mostró colmada y ya con algunos charcos que se adivinaban debajo del pasto. Sin embargo, la expectativa derribaba al más pesimista y la previa fue acorde a la magnitud del choque. Había gran ansiedad por ver ganar a Boca, cosa que no pasaba desde ocho fechas atrás. El andar del equipo y la infinidad de cambios que metía Alves todas las fechas no invitaban a descorchar, pero cuando salieron bajo un verdadero diluvio Javi García, Ibarra, Luiz Alberto, Muñoz, Morel Rodríguez, Gary Medel, Jesús Méndez, Matías Giménez, Riquelme, Gaitán y Palermo, la Bombonera hizo borrón y cuenta nueva luego del 0-3 papelón frente a Tigre de la semana anterior.
Tras ver repintar las líneas de cal un par de veces, Baldassi miró a sus asistentes y arrancó el partido. Pero tras un parate por las cintas que caían en el área del arquero millonario, dos o tres frenadas bruscas de la bocha en distintos charcos y una tibia llegada de Boca, la Coneja paró el clásico a los nueve minutos y pico, llamó a los capitanes e hizo los gestos inconfundibles de que no había forma de seguir. La suspensión era un hecho.
Se habló largo y tendido del drenaje de la cancha, de los milímetros caídos, de cierta sustancia impermeabilizante con que se había pintado el pasto y hasta de las obras llevadas a cabo por el Jefe de Gobierno en la Avenida Patricios. Calculamos que alguien sabrá con exactitud los por qué, pero que el campo de juego no drenó, no drenó.
Algunas radios ya hacían futurología y hablaban de una reanudación casi segura para el miércoles 24 de marzo, día feriado nacional de la Memoria. Cosa que al ratito nomás quedó descartada cuando salió a hablar gente del gobierno para dejar en claro la negativo oficial y de la Policía Federal para dar seguridad con tantas marchas programas para ese día.
Después tiraron martes 23 y hasta un 14 de abril (?) que no cerraba por ningún lado. Lo cierto es que 24 horas después de la suspensión, se fijó para el jueves 25 de marzo a las 15.45 como cita para continuar los 81 minutos restantes. Cosa que se llevaría adelante en dos tiempos, uno de cuarenta y uno y otro de cuarenta minutos.
El jueves amaneció soleado y ya al mediodÌa se vio en las cercanÌas de la cancha mucho traje escapado del laburo, pibes de colegio y gente que armó flor de ingeniería (?) para no faltar al partido. Hasta Diego Maradona, por entonces DT de la selección se las rebuscó y estuvo presente luego de mucho tiempo ausente en la bombonera.
Pero unas horas antes de la reanudación, surgieron algunas complicaciones en el mundo Boca, una constante en esos tiempos. El Negro Ibarra se resintió de su lesión en la práctica y el mismo jueves algunos jugadores amanecieron con diarrea. Así que el Chueco pudo seguir despuntando el vicio y tuvo que meter dos variantes de último momento. Se rompió el bocho y tiró a la cancha un equipo que en defensa fue una moneda lanzada al aire. A saber: Javi García, Muñoz de cuatro, Luiz Alberto, el colombiano Breyner Bonilla debutando y Monzón de tres. De mitad de cancha para delante todo igual: Gary Medel, Méndez, Giménez, Riquelme, Gaitán y Palermo. Gracias a Dios, la Virgen y todos los Santos, la moneda cayó bien parada.
Finalmente River no fue gran cosa y Boca nada más que metiendo la patita en todas las divididas se lo cargó al hombro. El cierre fue casi soñado y por varios motivos. Boca ganó 2-0 con dos goles de Medel, Gallardo redobló la apuesta de lo hecho seis años antes y mordió al chileno en plena mitad de cancha, Javi García mostró nivel como para ser el arquero de Boca y se terminó en medio de un carnaval que le aseguraba al rival un futuro de Nacional B. Sólo faltó el esperado gol 219 de Palermo.