lunes, 14 de febrero de 2011

Sanfilippo vs Pedernera / Deambrossi

José Francisco Sanfilippo. Lo apodaban “el Nene”. Tremendo goleador. Petiso, rapidísimo, vivo, inteligente, oportunista. Le pegaba en forma excelente con su pierna derecha, pero no tenía ningún problema en definir de zurda cuando las circunstancias lo requerían. Mortal en sus enfrentamientos mano a mano con los arqueros.
Fue el sueño de Alberto J. Armando durante varios años. Finalmente el sueño se concretó después de una transferencia record para el futbol argentino: veinticinco millones de pesos moneda nacional.. En 1963 José Francisco Sanfilippo se puso, por fin, la camiseta de Boca Juniors.
Había sido goleador de los torneos de la AFA durante cuatro años consecutivos: 58, 59, 60 y 61. No tuvo oportunidad de completar el quinteto porque en 1962, por problemas de disciplina, fue sancionado por las autoridades de San Lorenzo y no pudo jugar las últimas fechas del torneo, siendo superado en la tabla de goleadores por Luis Artime. Según Sanfilippo, esa suspensión fue una maniobra urdida por los dirigentes sanlorencistas para perjudicarlo ya que, según lo que se había pactado, en caso de consagrarse nuevamente goleador del torneo, tendría un premio especial, que las autoridades del club no tenían intención de abonarle.
Llegó al Boca que acababa de consagrarse campeón y que ya tenía un goleador. Nada mas ni nada menos que el gran Paulo Valentim, ídolo de la hinchada. En seguida se adaptó al equipo y comenzó formando, junto con el brasileño, lo que en esa época se denominaba una doble punta de lanza (?). Luego, el técnico lo hizo jugar un poco mas retrasado, como una especie de armador, y también allí Sanfilippo demostró su calidad jugando muy bien, asociándose con Menéndez para abastecer a Valentim. Sin embargo, Sanfilippo siempre renegó de esa posición en la cual le pedían jugar, alegando que perdía lo que mejor sabía hacer: goles (no le faltaba razón).
En Boca jugó en total 43 partidos convirtiendo 25 goles. Tuvo una destacada actuación en la Copa Libertadores con 7 goles en 7 partidos disputados, destacándose los tres goles convertidos en las dos finales al poderosísimo Santos de Pelé, dos en el Maracaná y uno en la Bombonera.
Por el campeonato local jugó 20 partidos convirtiendo tan solo 7 goles. Tuvo una “sequía” de trece fechas y volvió con todo convirtiéndole 3 goles a Gimnasia en La Plata. Su mas recordado gol fue en la penúltima fecha del torneo, frente a River en el monumental que sirvió para ganar por 1 a 0 y dejar el campeonato servido para Independiente. Luego de ese partido Don Alberto J. Armando pronunció una frase que se haría famosa en el ambiente futbolístico de esos años: “...hoy, Boca levantó un pagaré que firmó hace 30 años...”. En ella hacía alusión al campeonato del año 33 en el cual, en la última fecha, river le ganó a Boca y le sirvió el campeonato a San Lorenzo.
La suspensión que le aplicaron los dirigentes de Boedo a fines del 62 no fue caprichosa. Sanfilippo era tan excelente goleador como personaje conflictivo en todos los lugares donde le tocó actuar. Ya había tenido problemas con sus compañeros en el Seleccionado Argentino que ganó brillantemente el Sudamericano de 1957 disputado en Lima, Perú. Problemas mayores aún fueron los que tuvo en Suecia 58. Apuntado como uno de los elementos mas indisciplinados del plantel que fracasara tan estruendosamente, agravó toda la situación con sus declaraciones al regreso donde pretendió salvarse solo y cargar toda la responsabilidad del fracaso a los demás
Se sentía superior al resto de sus compañeros y pretendía que todos sus caprichos fueran satisfechos. Su divismo, sus aires de estrella comenzaron a resquebrajar la relación con los restantes integrantes del plantel y empezó a tener choques fuertes con los dirigentes y con el cuerpo técnico  lo que le fue relegando en la consideración de todos.
El comienzo del año 1964 fue el principio del fin de la trayectoria de Sanfilippo en Boca. El cuerpo técnico era comandado por Adolfo Pedernera y quien salía a la cancha era su ayudante Aristóbulo Deambrossi. De a poco fueron relegando al gran goleador.
Todo culminó el  28 de marzo de 1964. Ese día, Boca disputaba un partido frente a San Lorenzo por la denominada Copa Jorge Newbery y el técnico, Aristóbulo Deambrosi, lo incluyó en el banco de suplentes. Según la reglamentación vigente en esos momentos, solo se podía efectuar un cambio y el mismo debía realizarse hasta el minuto 44 del primer tiempo.
Vencido ese plazo y pese a los pedidos de la hinchada no le fue dada la orden de ingresar y entonces, Sanfilippo estalló. Encaró a Deambrossi, primero lo insultó y luego le propinó una trompada en pleno rostro. Acto seguido empezó a vociferar insultos y amenazas contra el jefe máximo de ese cuerpo técnico: Adolfo Pedernera. Todo esto ante la mirada azorada de los plateístas, quienes en esos momentos apoyaron abiertamente al jugador. ¿Qué dijo Sanfilippo?: "...quiero jugar y no me dejan. No hay ningún motivo para que no me incluyan. Simplemente es un capricho de los técnicos. Especialmente del señor Pedernera. Pareciera que en Boca no admite más figuras que él. No es que me considere figura boquense. Aspiro a serlo algún día. pero comprendo que actualmente no lo soy. Pienso que los técnicos no tienen ningñun derecho a dejarme sentado en el banco de suplentes, muriéndome de ganas por entrar y haciendo el triiste papel de un payaso. Por eso cuando terminó el primer tiempo le dije a Deambrossi "lo felicito ¿está contento de no haberme puesto?" y cuando me contesto "nosotros hacemos lo que se nos da la gana" no pude contenerme y le pegué. Después me di vuelta y miré al palco desde donde Pedernera mira los partidos y le gritué que saliera a dar la cara, que no siguiera trabajando en las sombras como hace siempre...".
Don Alberto J. Armando, rápido de reflejos como siempre, salió a respaldar al técnico y sus colaboradores, convocó a toda la Comisión Directiva  y en muy breve reunión decidieron, por unanimidad separar al conflictivo jugador del plantel y rescindirle el contrato. En una rápida negociación Armando se reunió con sus pares de Nacional de Montevideo transfirió al jugador y puso fin a la trayectoria de Sanfilippo en Boca.
Ningún jugador del plantel, ni en público ni en privado salió en defensa de Sanfilippo. Mas aún, versiones que corrieron en esas épocas, indicaban que muchos de ellos respiraron aliviados ante la ida del goleador.
Si quedaban dudas al respecto  fueron totalmente disipadas en el próximo partido que jugó Boca. Fue en la Bombonera y frente a Racing. Allí mientras la hinchada hostigaba e insultaba al técnico, los jugadores después de saludar en el centro de la cancha, fueron todos, encabezados por el capitán Orlando, a saludar, reconfortar, y abrazar a Aristobulo Deambrossi. Quedó todo muy claro.
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Autor Jorge Claudio Joffrés