martes, 22 de marzo de 2011

La insólita sanción a Gatti por no llevar dos tiritas amarillas en el pantalón

El torneo Metropolitano 1976 se disputó en forma totalmente distinta a los anteriores. Para ese año se dispuso dividir a los equipos en dos zonas, jugar entre ellos partido y revancha, más lo que se dio en llamar “interzonal”, el partido disputado entre los clásicos rivales que habían sido dispuestos, en distintas zonas para ese fin. Luego, los seis primeros de cada zona disputarían la ronda final, enfrentándose todos contra todos en partido único y en cancha neutral para consagrar al campeón.
Boca anduvo a los tumbos en la parte clasificatoria. Juan Carlos Lorenzo, el DT recién llegado, no lograba encontrar el equipo. Probaba y probaba esquemas y jugadores, pero no conseguía obtener el rendimiento deseado. De todas formas, saliendo cuarto en su zona se accedió a la ronda final.
Allí apareció el equipo. Boca comenzó a ganar en serie y terminaría consagrándose campeón, con vuelta olímpica en el Monumental incluida.
En la quinta fecha de esta ronda final, Boca tenía un rival complicado. Debía viajar a La Plata para enfrentarse con Gimnasia. Si para el equipo era un partido muy difícil, para Hugo Orlando Gatti era un partido especial. Especial porque se iban a enfrentar el equipo del cual se había transformado en ídolo durante los seis años que jugó y el equipo en el cual lentamente iba consiguiendo lo mismo.
Vanidoso como era, Gatti soñaba con su salida a la cancha y una ovación gigantesca por parte de la hinchada del Lobo, más la también gran ovación que le brindaría la hinchada xeneize. Desde que se conoció el fixture, Hugo se deleitaba pensando todo el afecto y cariño que recibiría en ese partido. Pero ¡el sueño quedó trunco!. Gatti no pudo jugar ese partido porque fue suspendido por el Tribunal de Disciplina de la AFA. ¿Por qué? Por dos tiritas amarillas.
Aunque suene absurdo y ridículo, fue total y absolutamente cierto. La AFA había recomendado a los árbitros la máxima severidad en la aplicación del reglamento y sobre todo en lo referido a la vestimenta de los jugadores. Todo el equipo de Boca llevaba pantalones con dos tiritas, pero como Gatti usaba bermudas estas no la tenían. Fue así como Sergio García, el árbitro del partido Colón-Boca en cancha de Unión, le dijo a Gatti que no podía jugar con vincha. El Loco le pidió que se la dejara tener puesta por cábala hasta el comienzo del partido y así se hizo.
De las tiritas del pantalón el árbitro no le dijo absolutamente nada, lo dejó jugar sin problemas. Pero luego del partido… ¡lo informó!. Por supuesto, estando Boca de por medio, el Tribunal de Disciplina (?) de la AFA actuó con total celeridad y le aplicó a Gatti una fecha de suspensión, provocando que Hugo se perdiera el partido que tanto deseaba jugar. Obviamente, después de esta sanción, nunca más ningún jugador fue castigado por motivos similares.
Boca ya había padecido arbitrariedades como ésta y las volvería a padecer. Cuatro años atrás Silvio Marzolini fue expulsado en un partido en cancha de River (triunfo 4 a 0) porque sus compañeros demoraron mucho (?) en el festejo. Y años después le tocaría el turno a la Rata Rodríguez por treparse al alambrado para festejar un gol en cancha de Vélez. Obviamente fueron los únicos sancionados por esas transitorias disposiciones.
Como decían las crónicas de esas épocas: “...mientras los que pegan patadas, codazos, lanzan escupitajos o hacen tiempo descaradamente fingiendo lesiones no son sancionados, se castiga a uno de los pocos cultores de la alegría del fútbol, porque le falan dos tiritas amarillas en el pantalón...”.
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Autor Jorge Claudio Joffrés