martes, 19 de abril de 2011

José Barritta (a) El Abuelo

Cuenta la leyenda que a fines del año 1980, cuando el jefe de la barra de Boca era el famosisimo Quique “El Carnicero” (luego empresario gastronómico del restaurante (?) frente a la Bombonera) y el equipo venía en franca decadencia en la era Rattín, apareció un grupo disidente comandado por “El Abuelo” dispuesto a arrebatarle el trono. Eran épocas difíciles en la Argentina. La nefasta dictadura hacía todavía estragos por más que concurrir a una cancha era bastante menos riesgoso que en estos momentos. La conocida campana de Quique recorría el mundo (luego sería reemplazada por los bombos y las trompetas con El Abuelo) en las décadas del 60 / 70 y el grupo de hinchas caracterizados (?) que combatía a puños, cintazos y algún cadenazo, era conocido en el ambiente. A decir verdad, fue la única barra organizada e integrada casi en su totalidad por gente del barrio de La Boca. De hecho, sus compinches Pechuga, Capitán y otros secuaces, eran personajes que hasta se podrían tildar de pintorescos ya que eran representativos del lugar.
Pero hagamos una breve reseña de Jose Barritta: nació el 5 de enero de 1953 en Spilinga, Italia, un pueblito de la región de Cattanzaro, en la provincia de Calabria. Sus padres decidieron venir a vivir a la Argentina, cuando él tenia 2 años.
Como muchos inmigrantes italianos, llegaron al barrio de La Boca, más precisamente en la calle Olavarría y Moussy. Básicamente a dos cuadras del estadio. Cursó el primario en la Escuela Número 1 Mariano Moreno y abandonó sus estudios secundarios cuando finalizó el segundo año en el Colegio Industrial Italia.
Con 15 años se fue a probar de cuatro en Excursionistas, pero abandonó enseguida "porque era muy vago", decía reiteradamente en reuniones.
A los 18 años comenzó a colaborar con don Alejandro en un aserradero de mármol que su padre poseía en Mataderos. Dos años más tarde empezó a ayudar a su madre en el viejo almacén de la calle Eizaguirre en la localidad bonaerense de San Justo.
Datos importantes para la gente del blog: El Abuelo siempre fue socio de Boca, su número de carnet era 7.923 y la fecha de ingreso es del año 1966. Que dateli (?). Así que fundamentalmente, el personaje en cuestión siempre “fue” de San Justo, no de La Boca.

El Abuelo al poder
Volvamos a las cuestiones internas. El Abuelo, apodo que recibió por su pelo de color blanco, rompió la tradición de jefes de la hinchada con origen en el barrio. La suerte de Quique estuvo atada con la derrota en las elecciones del presidente Alberto J. Armando y la asunción de Martín Benito Noel. En una reunión cumbre entre gente de los dos bandos que discutian por el poder, el reparto de entradas y otros obsequios de los jugadores, se dirimió de la forma adecuada (?) quién sería a partir del gobierno del “rey del dulce de batata” el dueño de la tribuna. Se comenta que planificando un viaje al interior para seguir a Boca, la discusión se puso tensa y a partir de un 38 Magnum color plata apoyado sobre la sien de Quique, quedó claro quien quedaba a cargo de La 12. Luego sí, un par de tiros y algunas reyertas en plaza Matheu terminaron de despojar a Quique. Se cerraba la época de las piñas y comenzaba la era del chumbo.
El nuevo jefe designó sus lugartenientes: El Gitano, Cabeza de Poronga, El Narigón y varios más. Se hizo fuerte y transformó a la barra de Boca en la más violenta del país y alrededores. También la más temida y la que empezó con prácticas impensadas como las apretadas. Pueden dar fe de eso la Chancha Rinaldi en 1986 por negarse a colaborar en la colecta para el viaje a México 86 y el plantel completo de 1981 cuando una noche en La Candela aparecieron varios autos a poner los puntos sobre las ies. Es el día de hoy que Maradona jura que se le plantó a Barritta, aunque gente del plantel lo desmiente categóricamente. Es más, El Abuelo lo paró en seco avisándole que con él no era la cosa y que si había alguien que no le pasaba la pelota que avise que le tiraban a las rodillas (?).
A partir de 1983 con el regreso de la democracia, la explosión de violencia en las tribunas fue incontenible, y la furia y las peleas pasaron a ser una constante. Si se revisan archivos, hubo varias invasiones de campo de juego corriendo de una tribuna a otra para directamente matarse. Si bien es verdad que este tipo de incidentes no se veían cuando los asesinos disfrazados de Generales de la Nación otorgaban a la policía poderes “extras” (remembre Gral. Camps) acá hay que hacer un punto y aparte porque empezó a jugar en las barras un factor hasta entonces poco común: la política.
En este marco nace un odio profundo con la gente de Quilmes. Y las consecuencias, casi siempre terminan traducidas en muertos. En enero de 1983, un hincha de Boca llamado Raúl Martínez, fue asesinado en Caminito en una reyerta a tiros contra la banda del “Negro Thompson”, el jefe de la hinchada cervecera en aquel momento comocida como “la hinchada oficial del Proceso”. Esta hinchada tuvo la banca oficial de los Generales. De hecho, el Negro Thompson viajó a España 82 a surtir y repartir a quien tenga el tupé de colgar una bandera en algun estadio con la inscripción “VIDELA ASESINO “ o “APARICION CON VIDA DE LOS DESAPARECIDOS”. Basta con revisar un poco y vemos que el barra hizo bastante bien su trabajo.
De ahí que El Abuelo queria desbancar ese poder y los Boca - Quilmes pasaron a ser un partido aparte. Allá y acá, batallas tremendas que terminaron con un muerto de cada lado.

El reino del terror
Imposible olvidar dos dramáticas noches: la del asesinato de Basile por la bengala en el Boca - Racing de 1983, y la posterior muerte de Souto en un Racing - Banfield de 1985 por el octogonal de la B. Partido jugado en la Bombonera y en el que cuando la gente de Racing se retiraba del estadio una emboscada en Olavarria y Carlos F. Melo terminó con la vida de aquel hincha de la Academia.
Para tener una magnitud de los quilombos descomunales que se armaban en esos años, se puede ver el post del día de la muerte de Adrián Scaserra. Tremendas bataholas, terribles momentos.
A partir de estos sucesos, más la muerte de “Matutito” en un Boca - River en cancha de Velez (al joven riverplatense lo mató gente de su propia barra), hicieron de la barra un grupo de terror. Como única cosa rescatable, si es que el termino cabe, podría decirse que a partir de mediados del reinado del Abuelo, se prohibieron los pungas. Y otra cosa: cuando se iba de visitante a canchas complicadas (Racing, Independientete, Rosario, por ejemplo) la barra del Abuelo iba adelante limpiando el camino (?) y no se quedaba hablando por handy… Será porque Nextel todavía no existía.
Sumemos los encarnizados combates con la gente de Chacarita, gente con la cual había buena onda. De hecho el día de la primer batalla en San Martín, las barras comieron un asado juntos y después en camino a la cancha, la barra disidente de Chaca embistió a los de Boca y allí terminó la amistad con propios y extraños. También se terminó pudriendo todo con la famosa barra de Gimnasia cuando ascendió, y al poco tiempo ya cebados de poder se cortaron los lazos con todas las otras barras. Y si de poder hablamos, el sumum (?) fue ver como a principios de los noventa se creó la famosa Fundacion Jugador Nº 12, con su tesorero y dueño de domicilio legal, Rafael Di Zeo. Esta institución recaudaba dinero con fines benéficos (?) como por ejemplo ayuda para hospitales y niños carenciados (?). Sin palabras.
Si de aventuras disparatadas se trata, hay una para destacar. La bandera de DI CARLO PRESIDENTE. Se planificó durante meses el arrebato a la barra de River de las banderas para dejar en claro cuál era la barra más pdoerosa. Y sabiendo que ellos guardaban sus banderas 10 a 15 minutos antes que termine el partido, aproximadamente entre 80 y 100 barras infiltrados en la popular millonaria de Mar del Plata, hicieron la tarea insólita de que mientras 10 agarraban las bolsas con las banderas, los otros distrajeron a los demás barras millonarios. La sorpresa fue tal que al ratito estaban las banderas… pero en la tribuna de Boca.

Quiero ver a La Doce
En el que tal vez sea el único costado positivo de esta historia, es importante recalcar que El Abuelo fue el inventor del folklore del fútbol. Con todo lo bueno (?) y malo que eso implica. La barra de Boca fue la primera en el tema de llevar banderas robadas en cantidad y poblar la popular con las mismas. Fue la primera en llevar trompetas y también las famosas sombrillas (que eran paraguas en las viejas Copas Libertadores de los 70`s). ¿Cómo nacieron las sombrillas? Volviendo de La Plata después de un partido con Gimnasia. La 12 acompañó como siempre a la gente a tomar el tren para luego regresar ellos a sus micros. En el camino de vuelta alguien encontró una sombrilla, la cual la abrieron mientras cantaban. Esa misma semana se pintó con los colores de Boca. Fue así como al partido siguiente apareciá la primer sombrilla en una cancha de fútbol.

Todos los contactos todos
Fue muy amigo de Carlos Salvadoir Bilardo, otro nefasto personaje del fútbol argentino. Y tan amigo fue, que la barra de Boca fue la barra oficial en Mexico `86 con la condición de una especie de tregua para convivir pacíficamente con gente de otras barras. Aquí Barritta sumó varios porotos y fama a nivel mundial por la batalla contra los ingleses en la cual mientras retrocedían todos contra los hooligans, entre El Abuelo y Pistola Gamez (luego presidente de Vélez) invitaron (?) a los piratas a retirarse de las inmediaciones del Azteca.
Hizo campaña por Cafiero gobernador de la provincia de Buenos Aires. Lo visitaba en su palco del primer piso y arreglaban. Volvía a la tribuna y cantaban proselitismo peronista incansablemente. Algo ridìculo sabiendo de las entrañas radicales de sus lugartenientes, inclusive empleados del Concejo Deliberante reabierto por Alfonsin.
El pacto con Cafiero fue el que trajo los insultos al gran Hugo Orlando Gatti por su apoyo a Casella (devolvé la dentadura) buscando a las claras tirarle al Loco la gente en contra. Fue también un ícono de la idiotez al dejar a toda la segunda bandeja de Casa Amarilla sentada y callada o moviendo los brazos y saltando pero callados porque no arreglaba (?) ni aprobaba la llegada de Menotti a fines de 1986.
Fue muy conversado en la época como El Abuelo y su pandilla hizo México – Rosario – México para ver la final de la Liguilla en el partido épico con Ñuls. Acá hay que reconocer que si no habia el quilombo que se armó, Boca no ganaba ni loco ese partido.
Lo mas gracioso del caso es las entregas de plaquetas a funcionarios, politicos y jugadores como Bochini. Tambien recorrió el césped como dueño de la cancha tal cual una estrella del fútbol, siendo ovacionado por todo el estadio.
En definitiva, en la época de vacas flacas del club, afianzó su poder a base de hechos violentos, luego cuando el club comenzo a sanearse, el mismo Abuelo fue muy político y comenzó a ganar mucho dinero con otras movidas y la violencia quedó para la segunda o tercera línea de la barra.
Aca es necesario recordar un hecho muy imporante. Las elecciones de diciembre del 86 donde Alegre se impuso al Puma Armando por 83 votos de diferencia. Barritta pensó y apoyo a Armando (“...oh yo voté a Armando, porque Alegre está robando...”, cantaban) pero el socio le dio la espalda al Puma, fundamentalmente los vitalicios, y un Alegre que tenia cortitos a los barras se hizo fuerte politícamente. Desde la impotencia le abrieron la cabeza a la hija de Carlos Heller y alli se cortó cualquier lazo de contacto con la dirigencia de Boca. El Abuelo luego pidió disculpas cenando en la casa de Alegre y terminó limando asperezas para ser un jefe sin problemas. Cosa que le permitió protagonizar la tragicomedia de llevar a cabo su casamiento en la Bombonera con la confiteria del club como escenario de la fiesta para luego señor y señora esposa ubicarse en el paraavalanchas (?).
Así su carrera siguió viento en popa, aunque cada vez más expuesto y convirtiéndose en un personaje más y más famoso, error que cometería Di Zeo años después. La política y la justicia empezaron muy lentamente a soltarle las manos. La Fundación fue la piedra fundamental de una situación irregular, y allí apuntaron los jueces para hacer caer a Barritta. Tal cual le había pasado a Al Capone: no caía por sus crímenes sino por cuestiones impositivas.
Tuvo mientras tanto algún intento de robo de la corona perpetuado por la gente de La Boca, pero el alzamiento duró un solo partido recuperando el poder días después.

El tobogán del Abuelo
Como deciamos antes, la Justicia comenzó su persecución y allí comenzó su debacle mientras sumaba causas judiciales. En el año 1993 lo encontraron culpable de extorsionar a Alegre y a Heller para el sumistro de entradas, micros y/o aviones para la barra cada vez que jugaba el equipo. Estuvo en el verano del 1994 en la feroz batalla entre las barras bravas de Boca e Independiente en Mendoza, donde hubo muchos heridos de bala en ambos bandos. Varios violentos fueron condenados a prisión, aunque Barritta zafó de milagro de quedar entre rejas.
Así como es verdad que trataba de evitar la droga en la tribuna, justamente porque le ponía a la tropa incontrolable, hay que reconocer que el tema se le terminó yendo de las manos. Y esto fue clave en su caida. El comienzo del fin ocurrió el 30 de abril de 1994. Luego de una derrota con River, un grupo de barrabravas de su segunda y tercera línea, muy cercanos a él, llevó a cabo una emboscada a hinchas de River en Brasil y Huergo. Si trató de frenar la locura o no pudo o quiso hacerlo fue difícil probar. Lo que sí se pudo probar es que era el cabecilla de una asociación ilícita por donde se la mire. Las muertes de los dos simpatizantes millonarios llamados Walter Vallejos y Angel Delgado lo llevó directo a la cárcel -tras pasar varios días prófugo de la justicia- y lo terminó condenado en un juicio oral y público hecho en 1997, a 9 años de prisión por ser considerado el jefe de esa asociación ilícita. Allí fue visitado por jugadores, algunos DT narigones y también dirigentes. En el juicio fue acusador, delató y trato de separarse de los violentos y de sus cómplices y subordinados. Esto le valió el mote de traidor y muchisimas banderas fueron colgadas dando fe de ese código de oro que maneja esa gente.
Recuperó su libertad el 17 de diciembre de 1998, cuando la Cámara de Casación Penal de la Nación decidió absolverlo del delito de extorsión y rebajar de 13 a 9 años la pena que se le había impuesto en mayo de 1997 y beneficiado por la controvertida ley del dos por uno. Pero nunca más pudo volver a la cancha porque dicen “que no respetó los códigos de tribuna cuando estuvo encarcelado”. La nueva cúpula de La 12 comandada por Rafa Di Zeo le mandó señales (?) para que no se acerque a La Boca para intentar recuperar su liderazgo. Con la salud dañada por una neumonia crónica, enfermedad contagiada en prisión, no se supo mucho más de él -sólo que trabajaba en el negocio de sus padres en San Justo- hasta la noticia de su muerte a los 48 años de edad.

Algunas cuestiones imposibles de olvidar
La primera vez que la hinchada de Boca fue a Corrientes para ver un Boca - Mandiyú, los micros de La 12 fueron aplaudidos en su paso por la ciudad. Al terminar el partido, El Abuelo fue llevado en andas por la gente de Corrientes alrededor del estadio dando una suerte de vuelta olímpica.
La barra del Abuelo fue la primer hinchada organizada en ir a los mundiales a alentar a la seleccion argentina.
La hinchada de Boca fue la primera en organizar partidos y recaudar fondos luego del trágico accidente de Adrián Guio, donde era necesario un tomógrafo computado que el Hospital Fernandez no tenía. La Nro. 12 participó de dicha campaña y el tomógrafo pudo ser adquirido.
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Cancionero Abuelístico
“…ponga huevo Boca Juniors
no le falles a tu hinchada
la que te sigue alentando
en las buenas y en las malas
la vuelta vamos a dar, todos en el gallinero
nos van a ver festejando de la mano del Abuelo…”
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“…brindo por la alegría de haber nacido bostero
brindo porque esta hinchada sigue siendo del Abuelo,
brindo porque este año la vuelta vamos a dar
y a River me lo cojo allá en el Monumental…”
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“…ohhhhhhhh yo soy del Abuelo
peronistaaaaa y bosterooooooooo…”
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“…cuídate Racing, San Lorenzo y River Plate,
cuidense todos, que los vamos a correr,
esta es la barra la de José,
esta es la barra que nadie puede correr…”
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“…vamos vamos los xeneizes
vamos transpire la camiseta
hoy no podemos perder
porque La Boca es una fiesta,
vayas a donde vayas
y no me importa la policía,
vamos campeón, vamos a ganar
y a matar una gallina,
cuidate rojo allá en Avellaneda
o cuando vengas para la Bombonera,
cuidate cuervo cuidate la academia,
porque esta esssssss
la barra de José…”
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“…volveremo’, volveremo’,
volveremos otra vez,
volveremos a la cancha
de la mano de José…”
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“…Bo, y dale dale bo
Y dale dale bo
vamo´ a salir campeón…
No como el rojo que aguanta en patrullero
soy de la Boca mi orgullo es ser bostero…
Es la barra de José,
vos ya la conocés,
no lo podes creer,
siempre copando las canchas argentinas,
corriendo a Racing y a todas las gallinas…
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“…agarrense de las manos,
con El Abuelo y conmigo,
agarrense de las manos,
con El Abuelo y conmigo,
la vuelta vamos a dar,
mi Boca Juniors querido...”
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Autor GUYO