jueves, 27 de octubre de 2011

Alberto J. Armando vs. Dante Panzeri

El inolvidable presidente de Boca, Don Alberto J. Armando, tuvo a lo largo de su etapa dirigencial, enfrentamientos varios. Con jugadores, técnicos, dirigentes de clubes y de asociaciones rivales, dirigentes de su propio club y periodistas. Una pelea muy singular fue la que protagonizó con el polémico periodista Dante Panzeri. 
Los dos protagonistas de esta historia habían cultivado una gran amistad durante muchos años. Se habían conocido a fines de la década del 30 en San Francisco, Córdoba, donde Armando era gerente general de una concesionaria Ford y Panzeri periodista del diario “La voz de San Justo”. Según cuenta Armando, como a ninguno de los dos le gustaba dormir la siesta, acostumbraban, en ese horario, juntarse en un café a charlar, tomar algo y jugar al tute y al chinchón. Además de vender autos, Armando gustaba de las carreras y se inscribió y corrió en tres de ellas sin obtener resultados trascendentes pero cumpliendo su sueño de participar en competencias con los grandes de esa época. Dante Panzeri, a través de sus contactos periodísticos, lo ayudó muchísimo consiguiendo publicidades varias para el auto de su, por entonces, amigo.
La relación continuó después en Buenos Aires cuando Armando armó allí su propia empresa y Panzeri comenzó a trabajar en la revista “El Gráfico”. Incluso, Dante lo alentó y apoyó muchísimo cuando se enteró que Armando quería ser presidente de Boca.
¿Qué provocó el distanciamiento entre ambos? En un reportaje en la revista mencionada anteriormente Armando lo explica así: “...la amistad se cortó por algo que nunca llegué a explicarme bien. Dante tenía un amigo que no tuvo suerte en la vida y andaba siempre necesitado. Una vez me pidió por él. Yo, ya estaba en buena situación y en esas circunstancias mucha gente cree que todo es posible. Confieso que nunca me gustó prestar dinero. Puedo hacer favores, gestiones por terceros, pero dinero no. Mi negativa a ese pedido deterioró mi relación con Panzeri...”.
A partir de allí, Dante fue el crítico mas riguroso de Armando, atacó todos y cada uno de sus actos como presidente del club: “...yo jamás dudé de su honorabilidad periodística, siempre creí que sus ideas discrepaban con las mías, nada más que eso...” explicó Armando en el mismo reportaje.
Mas allá de sus palabras, el presidente de Boca fue acumulando bronca contra su crítico y en 1963 estalló todo. En el programa televisivo que conducía, Panzeri dijo que los jugadores del Santos de Brasil no querían venir a Buenos Aires a jugar con Boca, porque los jugadores xeneizes iban a quebrar a Pelé. Al escuchar estas palabras Armando enloqueció, tomó su auto y partió raudamente hacia el canal situado en esos años en Leandro N. Alem y Viamonte. Al llegar chocó en la puerta del mismo con un taxista que se bajó de su auto con un fierro en la mano dispuesto a agredir a quien lo había chocado tan imprudentemente. El tachero reconoció a Armando quien lo calmó diciéndole que no se preocupara por el arreglo y que lo llevara el día siguiente a su concesionaria.
¿Qué pasó entonces? Así lo contó Armando: “...cuando Panzeri me vio, le dijo a la audiencia que yo estaba en el canal, que no tenía más tiempo y que me invitaba para el próximo programa. Eso me enfureció mas. Entré en la escena, ignoré la mano que me tendía Panzeri y dije algunas cosas fuera de lugar...”.
Todo eso, irrumpir en el canal, interrumpir una transmisión, le costó al presidente boquense un serio problema judicial. Durante dos años tuvo que pedir permiso a un juez cada vez que debía ausentarse del país.
Para colmo de males quien estaba al lado de Panzeri era nada más y nada menos que Ernesto Lazzati, una de las glorias de Boca de todas las épocas, jugador varias veces campeón, técnico del equipo que obtuviera el título del año 54, ídolo total de la hinchada, y luego prestigioso periodista de la revista El Gráfico. Lazzati le extendió la mano a Armando, quien no sólo lo ignoró sino que le dijo en la cara “Usted es un traidor”.
El temperamental directivo boquense después reconoció su error: “...si hay algo de lo que me he arrepentido en mi vida, es de eso. Fue una consecuencia de la situación. Lazzati es un hombre de bien, un verdadero caballero...”. De Panzeri, ni una palabra.
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Autor Jorge Joffrés