Aunque pensándolo mejor, deberíamos priorizar que Rambert le haya metido dos goles a River en 2 minutos. Pero eso sería otro post. Lo concreto, el dato, según nuestro equipo de investigadores (?) es que Boca nunca le había metido tres goles a River en 5 minutos. Marca lograda entonces, aquel jueves 30 de enero de 1997 en el Estadio Malvinas Argentinas por la Copa Desafío.
Palizas a River hubo, hay y habrá muchas. Pero aquella se dio en un contexto algo adverso ya que 1996 terminó con River campeón de Libertadores, yendo a Japón y llevándose también el Apertura. ¿Boca? Renuncia de Bilardo, interinato de Pancho Sá y una colecta de puntos muy pobre.
Para colmo el arribo de River a Mendoza fue con un Ramón Díaz más subido que nunca arriba del caballo. Ni bien pisó el aeropuesto Francisco Gabrielli se despachó: “…siempre lo veo igual a Boca desde que estoy en River: perdedor. A los muchachos de ellos los voy a marcar en zona, porque no hay ninguno de peso. Va a ser otro partido clásico para River. Vamos a ganar 3-0 y caminando…”.
Pero tras el pitazo de Ángel Sánchez a River se lo vio un poco nervioso (?). El Boca de un Bambino Veira recién llegado y tratando de testear al plantel, se lo llevó por delante empujado por una tribuna sedienta de tapar con goles un 1996 oscuro.
Así llegamos a los 37 minutos del primer tiempo donde Rambert marcó de penal el primero. A los 39, un pelotazo de Pompei terminó con gran definición cruzada de Pascualito y tres minutos más tarde, el Negro Altamirano ayudó al récord con un gran cabezazo.
El resultado final fue victoria boquense por 4-1 y dicen los que saben (?) que el vestuario boquense tras la goleada fue una verdadera fiesta. Con allegados, la cercanía de promotoras de Quilmes y Topper y hasta con música de Volcán pero con la letra que propuso el recién llegado Gabriel Cedrés: “…que llore, que llore esa gallina, que sufra, que sufra, esa gallina…”.
