lunes, 20 de febrero de 2012

Palermo vs Hinchas de Gimnasia

Hasta aproximadamente las 18.30 del domingo 7 de diciembre de 1997 no había pasado nada raro en la cancha de Gimnasia. Boca llegó en el Flecha Bus, se bajó y enfiló al vestuario visitante entre insultos de algunos hinchas locales que buscaban especialmente a Martín Palermo como blanco predilecto. Hasta ahí, todo bárbaro (?).
El tema es que después hubo un partido donde pasaron algunas cositas que terminaron desembocando en lo que pasó. Un interesante cachengue en el playón.
Faltando un minuto para terminar, el Boca de Veira, se arremangó y salió de la cueva para tirar un par de centros a ver si pasaba algo. Y pasó. Palermo cruzó un cabezazo, fue gol y se besó sus botines Puma rojiblancos. Al toque terminó el partido y se desató el carnaval en la tribuna de un Boca en ese momento puntero, aunque River recién empezaba a jugar contra Independiente por la fecha 16.
Casi a las siete de la tarde salieron los jugadores de Boca bañados hacia el micro y la caminata de Palermo fue interceptada cuando un hincha de GImnasia lo corrió de atrás y le tiró una patada voladora a la altura de la cintura.
Mientras le gritaban algo así como (?) “...Palermo hijo de puta, de acá no te vas vivo...”, gente de utilería de Boca y más hinchas del Lobo armaron un scrum donde hubo empujones, manotazos, trompadas y más insultos. El playón fue tierra de nadie y hay que decir que Palermo terminó sacándola muy barata, ya que tras tirar un par de manos, llegó vivo y sin heridas al micro.
Casi al anochecer se confirmaba que el agresor estaba preso. Noticia que sirvió para que Palermo hiciera cable a tierra tras una jornada intensa: “...yo no le hice ningún gesto raro a la gente de Gimnasia, ni los provoqué. Ellos se la agarraron conmigo por mi pasado como jugador de Estudiantes y porque les metí el gol en el último minuto...”.
Al recordarle que no hizo gestos, pero estaba este temita de los botines, Palermo tuvo que dar algunas explicaciones: “...los botines los usé toda la semana y los besé porque hice el gol de la victoria en el minuto final y porque tienen los colores de Estudiantes. Quizás a ellos les haya dado bronca pero hasta a Griguol lo saludé. A mi me insultaron desde que bajé del micro, me tiraron cosas, me escupieron...”.
Sin embargo no todo terminó tan color de rosa. Algunos hinchas del Lobo se autoconvocaron y quisieron marchar hasta la casa de Palermo en La Plata para ir a buscar a la familia. Iniciativa (?) que fue abortada por un importante operativo de seguridad de la policía platense.