jueves, 1 de marzo de 2012

Boca 1954, el equipo con mayor promedio de entradas vendidas en toda la historia

En estas líneas se demuestra una vez más lo que todo el mundo sabe: la hinchada más numerosa, la más seguidora y que siempre copó todas las canchas, saliendo campeón, peleando el descenso hasta la última fecha como en 1949, a punto de desaparecer como en 1984 o bajo cualquier circunstancia es la de Boca.
A continuación el detalle del año en que más entradas vendió Boca:
Después del bi-campeonato de 1943-1944 (el famoso equipo de memoria que nuestros padres y abuelos nos han hecho mención alguna vez), la suerte a Boca le fue esquiva. A partir de ese momento no se pudo salir campeón hasta 1954. Cuatro veces terminó segundo (1945-1946-1947-1950) y los otros cinco campeonatos restantes se navegó por la mitad de tabla e inclusive se pasaron momentos de sufrir hasta la última fecha por no irse a la B como en 1949, cuando le ganamos 5 a 1 a Lanús y nos quedamos en Primera, cosa que River, San Lorenzo, Racing y otros no pudieron lograr.
Empezando 1954, nadie daba dos mangos por Boca, ya que si bien tenía una defensa de hierro, su delantera no superaba la mediocridad, cosa que desde 1951 le impedía pelear bien arriba; además del agregado de equipos a priori superiores como el caso de River, Independiente, Racing y Vélez que aportaban jugadores a la selección y tenían mejores delanteros.
Si bien el equipo no tuvo un buen comienzo (tres triunfos y dos derrotas en las primeras cinco fechas) Ernesto Lazzatti, histórico jugador de las décadas del 30 y 40 que era el Director Técnico, le fue encontrando la vuelta al equipo que a partir de la sexta fecha ganó 6 partidos consecutivos, que terminó ubicándose en la punta después de 8 años; eso motivó que no hubiera cancha que no se desbordara ante la presencia del equipo de la Ribera. En la 5ta. fecha, cuando fue visitante de Platense, se vendieron 26.908 entradas con una recaudación de $ 120.663 (mayor venta de entradas en Manuela Pedraza y Crámer), en la 7ma. en Liniers se vendieron 43.468 entradas con una recaudación de $ 195.006 (2da. mayor venta) para derrotar a Vélez por 2 a 0. En la 12da. jornada se produjo el récord aún vigente en el Ducó el día que se cortó la racha de 6 triunfos consecutivos al perder 0-1 con Huracán (48.996 entradas y $ 220.482 de recaudación), en la 17ma. el récord aún no superado de mayor ventas de entradas de todos los tiempos en cualquier partido de AFA, en la visita a Avellaneda cuando perdió 1-3 con Independiente con 62.000 boletos y $ 278.700 de recaudación.
El equipo siguió su marcha imparable hacia el título y como consecuencia de ello, las recaudaciones siguieron elevadísimas donde Boca se presente. En la fecha 28va., se copa el Gallinero para lograr la segunda mayor venta de entradas en Núñez (un triunfo daba una estrella más en el escudo) con 57.400 boletos y $ 257.700 de recaudación, pero no todo salió como se quería porque fue derrota 0-3 y hubo que esperar a la siguiente jornada para dar la vuelta.
El momento tan esperado llego el jueves 11 de noviembre, que a pesar de ser un día laborable, no pudo impedir que 70.000 almas revienten la Bombonera para vencer 1-0 a Tigre con gol de Miguel Ángel Baiocco (que se desmayó de la emoción al convertir y tuvo que ser asistido para completar el partido) y cortó la sequía de 10 años sin títulos. Al siguiente partido, el último del campeonato, debió jugarse en el Bosque, pero los dirigentes triperos ni lerdos ni perezosos, decidieron hacer de local en La Boca porque les quedaba todo lo recaudado a ellos. Boca venció 7 a 1 con vuelta olímpica antes del partido (Severino Varela ya retirado con su mítica boina blanca dando la vuelta como parte de los festejos y para quien no sepa quien es Severino Varela que le pregunten a los hinchas de River mayores de 70 años que seguro deben acordarse bien por todas las veces que los embocó) y los festejos se extendieron hasta la mañana siguiente por todo el barrio, en especial en la vieja sede de Almirante Brown.
El equipo formaba con Julio Musimessi (el arquero cantor, arquerazo), Juan Carlos Colman y Federico Edwards (ambos para la sección Carniceros, achuraban al que se anime a entrar al área), Francisco Lombardo (muy completo), Eliseo Mouriño (de galera y bastón) y Natalio Pescia (pura garra y corazón, mas que ídolo, leyenda), Juan Carlos Navarro (vino de Independiente, era suplente ahí), Miguel Baiocco (todo terreno y con gol), José Borello (goleador del campeonato, tenía un misil en la pierna derecha), Iseo Rosello (uruguayo, el Melgar de los 50) y Julio Marcarian (de las inferiores). También jugó mucho Héctor Otero (en lugar de Colman o Edwards, menos recio que ellos), el paraguayo Rubén Fernández Real (delantero, ayudó con 5 goles) y Benicio Acosta (defensor listo para cubrir cualquier puesto).
Este equipo jugó 30 partidos, ganó 21, empató 3 y perdió 6. Convirtió 60 goles y le hicieron 26. Le sacó 4 puntos de ventaja al segundo Independiente y siete a River que terminó tercero. Vendió 886.384 entradas, o sea un promedio de 29.546 por partido y tuvo al goleador del torneo, José Borello con 19 goles. Ese Boca fue el que más gente movió en toda la historia del fútbol argentino.
A pesar de estos números, y de que varios equipos que terminaron bastante lejos en la tabla eran supuestamente superiores, Boca fue criticado por que jugaba feo y sólo se destacaba en la defensa; eso poco le importo a la hinchada que reventó las canchas como nunca antes y hasta el día de la fecha nadie pudo superar ese rŽcord. Como dice la canción, no importa lo que digan los demás, sigan imitándola que nunca la igualarán y una vez más se demostró, como tantas otras veces, que la hinchada de Boca es el único y verdadero fenómeno popular.
Gracias a Gastón Maximiliano Cerotti