Desembarca la pipa más famosa del mundo en el fútbol argentino. En un hecho inédito y para ganar mercado rápidamente elige, como corresponde, al club más popular de la Argentina. Fue un cimbronazo y era uno de los primeros porotos que se anotaba la gestión del hasta entonces errático Macri. Pero el debut fue con derrota ante Ferro 1-3 y trajo más polémica que otra cosa. Las líneas blancas que separaban el azul del amarillo fueron cuestionadas por casi todos. Hasta Diego, en su verborragia, amenazó con no jugar más en Boca con esa camiseta. Por suerte no sólo siguió jugando, sino que se retiró oficialmente del fútbol usando esta camiseta.
