El Rata, capitán y símbolo boquense con la número cinco en la espalda, también tuvo su momento como director técnico. Fue llamado para suceder nada menos que al Toto Lorenzo y la verdad es que agarró un grupo de jugadores ganadores e históricos pero que ya estaban en la recta final de sus trayectorias. Y pagó las consecuencias.
En el Metropolitano el comienzo fue terrible. Actuaciones pésimas y derrotas domingo tras domingo se sumaron para poner un clima muy tenso. La verdad es que al finalizar la primera rueda, se hablaba como un escenario posible el descenso de Boca a la “B”.
Si habrá sido ídolo el Rata, que un respetuoso silencio despedía al equipo tras desastrosas goleadas en plena Bombonera (2-5 ante River e Independiente y 0-4 con Central). Gracias a Dios, pudo torcer el rumbo y el equipo levantó bastante en la segunda rueda para terminar en un digno séptimo puesto algo alejado (no mucho) de los que peleaban por salvarse.
En el Nacional la cosa no mejoró mucho. Quinto en un grupo de siete equipos, no pudo pasar a las rondas finales y sufrió varios cachetazos más. Como la derrota con San Martín de Mendoza en la primer fecha o las goleadas contra el Argentinos de Maradona en la Bombonera y en Vélez. La excepción la marcó un festejadísimo 1-0 a River en La Boca gracias a un tiro libre del Mono Perotti al ángulo y sobre la hora.
Sus números finales marcan 50 partidos al frente de Boca, con 16 victorias, 18 empates y 16 derrotas. Boca marcó 60 goles y le convirtiron 69. Queda a la vista que el final del ciclo Armando y el manotazo de Rattín técnico, no salió como a todos los hinchas nos hubiera gustado.