El comienzo del Metro 77 fue bendecido por una de esas violentas tormentas de verano. Pero a San Pedro (?) se le fue la mano y sólo 6 partidos de la primera fecha pudieron jugarse en su totalidad. De los 4 suspendidos, uno de ellos fue la visita de Boca a Vélez, club al que como el gobierno de facto le estaba remodelando el estadio, al igual que River, hizo de local en cancha de Ferro.
El domingo 20 de febrero de 1977 en Caballito empezaron a verse nubarrones negros, pero principalmente cuando a los 9 minutos del primer tiempo, Rodríguez de penal puso el 2-0 para el Fortín. Seis minutos antes un blooper de Gatti le había regalado el gol a Dominé. Y no iba 3-0 porque una pelota que hizo sapito y se le escapó al Loco, la cacheteó sobre la línea y terminó agarrando de milagro. El Loco esa tarde había sido autorizado a usar nuevamente su vincha, y con ella venía incluida toda su magia (?).
Pero a partir del resultado adverso, empezó a llover y ese Boca del Toto, catalogado por todos como un equipo barrero, se soltó y puso a Vélez contra las cuerda. A base de Zanabria poniendo pelotas al claro para que las subidas de Tarantini hasta el fondo terminen en centros al área. Centros que, como vemos en la foto, a veces eran despejado por Julio César Falcioni. Pero a veces no, y así vino un agarrón a Felman que terminó en gol de penal de Mouzo para el descuento y en un borbollón (?) de rebotes que Pavón transformó en el empate a los 28 del primer tiempo.
Ya a esa altura se jugaba en medio de una nube de tierra y bajo una cortina de agua importante. A los 30 la oscuridad era total y como la tormenta no aflojaba, a los 37 de ese primer tiempo el árbitro Romero decidió suspender el partido.
La reanudación fue dos días después y se ve que los muchachos quedaron medio fusilados ya que poco y nada pasó para que el 2-2 final pueda alterarse,