No la conocimos a Mónica ni a su caniche negro. Menos que menos conocimos sus edades (?). Lo único que sabemos es que adquirieron una fama impensada a principios de 1978, al convertirse Cassius en la mascota de Boca con motivo de la final Intercontinental ante al Borussia Monchengladbach.
El partido terminó 2-2 dejando más dudas que certezas de cara a la revancha en Alemania. Pero achacarle a Cassius el resultado poco feliz, sería muy injusto de nuestra parte.
En definitiva, Cassius terminó siendo también campeón del mundo. Como la mitad más uno del país.