Hasta el verano de 2012 la marca de la Pipeta se las rebuscó bastante bien para currar lucirse con modelos de camisetas basados en la historia de Boca. Y escudados en supuestos homenajes a las primeras alineaciones boquenses, nadie podía rasgarse las vestiduras. Ya a partir de enero 2013 el curro sería mucho más descarado. Pero eso será motivo de otro post.
Lo concreto es que el 17 de enero de 2012 en el estadio Minella de Mar del Plata, Boca inauguró sus participaciones veraniegas enfrentando a San Lorenzo y empatando 0-0, con penal atajado por Sebastián Sosa incluido.
Y esa noche, al igual que lo ocurrido cuatro días más tarde ante Independiente, el equipo campeón invicto de Falcioni salió al campo de juego con una camiseta negra y blanca a bastones verticales.
La derrota 0-1 ante Independiente con gol en contra de Schiavi en el último minuto fue la despedida de una equipación que en aquel enero pareció bastante audaz pero se fue silbando bajito sin triunfos, sin goles y sin ser todo lo disruptiva (?) que seguro imaginaron sus diseñadores.