Corría agosto de 1980 cuando el pésimo año futbolístico de Boca buscaba motivos para meter una sonrisa. Y si alguien era capaz de eso y mucho más, tenemos que hablar de Hugo Orlando Gatti.
El Loco siempre se las rebuscaba para llevarse los flashes, pero para que la gente de Boca tenga una sonrisa en su cara. Y así arrancó esta historia que empezó medio en joda pero terminó medio en serio.
Habitué de algunos restoranes de la noche, Gatti y Carlitos Monzón se cruzaron y acordaron medirse en un ring. Con guantes y toda la bola (?). Nada de protectores o mariconeadas por el estilo.
El escenario elegido fue el gimnasio de Abel Laudonio y en juego pusieron, aparte del honor, un asado para todos los presentes. De más está decir que una verdadera multitud fue a ser testigos de un hecho histórico. Ver a un arquero de Boca boxeando contra un ex campeón del mundo.
La pelea fue declarada empate dándole al evento un tomo más amistoso aún. Pero el Loco se dio el gusto de tirar un par de guantazos más que interesantes.