jueves, 1 de enero de 2009

Mauricio "Chicho" Serna



Mauricio Serna no daba ni a palos con la imagen que los hinchas querían para un número 5 boquense. Venía del lírico fútbol colombiano, era muy petiso y tenía la voz aflautada.
Hasta que debutó y le llenó los ojos a toda “la 12”. Es que “Chicho”, aparte de saber con la pelota, era un carnicero. Y lo más importante sabía cuándo y dónde pegar. Parece un detalle menor pero no lo es, ya que Serna tuvo muy pocas expulsiones para lo que repartía (sólo 3 por campeonatos AFA).
Había indudablemente premeditación. Y confesado por él, sabía que a “Pipi” Romagnoli había que darle una buena murra antes de los cinco minutos. Fue muy famoso un zancazo a Pablito Aimar a los ¡30 segundos! de un superclásico. Ese día, su táctica falló y fue amonestado pese a que recién empezaba el partido. Y se bancó como un duque la amarilla los 89 minutos restantes sin dejar de meter nunca.
Un grande. Le servía en bandeja los contrarios a su compatriota Bermúdez, y entre los dos amasaban a todo lo que pasara cerca. “Chicho” se ganó el corazón de todos y es un símbolo del Boca ganador de fines del 90 y principios de 2000.