miércoles, 17 de diciembre de 2008

Miguel Ángel Brindisi



La historia de Miguel Ángel Brindisi como técnico de Boca duró menos que un suspiro. Ídolo de la casa por su paso como jugador en 1981, Miguelito arrancó con el pie izquierdo desde el vamos. Es que el xeneize perdió en Miami una Recopa más que accesible contra el Cienciano de Perú. Y ya la cosa no pudo encarrilarse. Irregular en el torneo local, el Boca de Brindisi era capaz de ganarle a Vélez 6-0 para luego perder al hilo ¡seis! partidos de visitante. Jugaba con línea de tres y con línea de cuatro según el rival. Y las dudas, entonces, eran más que las certezas. Empezó a quedar lejos de los punteros y el clásico con River pasó a ser la bisagra. La derrota 0-2 en Núñez fue la estocada final. Miguelito, acorralado y tras una reunión con los jugadores en pleno vestuario del Monumental, abrió la puerta y anunció sin más vueltas su renuncia indeclinable. Ni siquiera volvió al hotel en el Flechabus. Agarró su auto y se fue sólo.