Chaco FE era sinónimo de debilidad en los años ochenta. Y de bizarro. Cuando alquien quería descalificar a un equipo, era muy común escucharlo decir “si éstos muertos no le ganan ni a Chaco For Ever”. Pero los chaqueños tuvieron su cuarto de hora contra el xeneize. Ya que no sólo subieron a la “A” en 1989 sino que lograron mantenerse en primera dos temporadas. Y acá empieza lo extraño. Boca no pudo ganarle ninguno de los cuatro partidos a Chaco FE. Tampoco perdió. Pero suena a poco cuatro empates con un equipo que era una verdadera máquina de perder con casi todos. En la temporada 1989/90 empataron 1-1 en Resistencia y 0-0 en La Boca. Ese 0-0 lo ayudó a llegar a un desempate contra Rácing de Córdoba para salvar la categoría. Y el técnico, rápido de reflejos, pidió jugar ese desempate en...... ¡la Bombonera! Obvio. Y obvio fue el 5-0 con que chaqueños sentenciaron a cordobeses. Para la temporada siguiente fue 0-0 en el Apertura 90 y 0-0 en el Clausura 91. Ese Boca del Clausura 91, el de Batistuta y Latorre, no paraba de ganar partidos. Pero tampoco pudo doblegar al modesto Chaco. Ese fue el último enfrentamiento oficial ya que For Ever perdió luego casi todos los partidos y se le acabó el tiempo de los milagros. Una historia corta. Y rara.