Ocurrió el domingo 16 de septiembre de 1984, en Fresno, Estados Unidos. Boca se enfrentaba al Atlas de México en uno de esos amistosos que a los dos días no recuerda nadie. Pero en esta oportunidad, ocurriría algo que quedaría grabado para siempre. Faltando 17 minutos, el técnico Dino Sani tuvo que reemplazar a José Orlando Berta, lesionado. Pero lo insólito sería que en el banco de suplentes ya no quedaba nadie. Nadie a excepción de Hugo Gatti. Y fue así como el "Loco" pudo sacarse el gusto y cumplió el sueño de su vida. Ya que entró y se fue a jugar de nueve. Aquí en las fotos vemos la secuencia. En la foto 1, el utilero Rodríguez corriendo al micro a buscar una camiseta. En la foto 2, Gatti ponièndose la azul y oro y a punto de entrar a la cancha. En la foto 3, entrando con la camiseta número 14 y con la humildad que siempre lo caracterizó, gritándole a un caompañero (Porté): "Omar, tirame buenos centros y mirá lo que hago, vas a ver cómo se juega al fútbol. Atención troncos, que entró el maestro". En la foto 4, su primera intervención, tratando de desbordar al marcador de punta. Y en la foto 5, el gol de la victoria. El 2-1 que pudo haber hecho el "Loco", pero Fernando Morena en lugar de tirar el centro atrás y hacerle la gauchada a Gatti fusiló al arquero para por lo menos hacer algo en su pobrísimo paso por Boca. Dos detalles para darnos una idea de lo bizarro que fue todo esa tarde. Algunos jugadores de Boca usaban medias amarillas y otros azules. Los palos del arco siguen para arriba, mostrando a las claras que esa era una cancha de fútbol americano. Imborrable todo por donde se lo mire.
