Todo se fue dando de menor a mayor. Como en esas cenas de amigos que empiezan tirándose miguitas de pan y terminan a los sillazos en la espalda. La cosa es que a comienzos de octubre de 2008, Boca venía a los tumbos en el Apertura y tras dos derrotas consecutivas, el horno no estaba para bollos. Y antes de recibir a Estudiantes en la Bombonera por la fecha 9, el DT Carlos Ischia convocó de arquero titular al juvenil García. La versión oficial del técnico fue que sacaba a Caranta por cuestiones tácticas ya que el cordobés “le pidió no jugar por motivos personales”. Todo un misterio. Paralelamente, explotaba una interna del plantel que enfrentaba a Julio César Cáceres con Riquelme. Entonces, las versiones empezaron a brotar como trigo en campo. Que Caranta no se bancaba a Román. Que Caranta discutió con Román. Que Caranta se mató a piñas con Román. El revuelo era tal, que al martes posterior a la derrota con el Pincha, se organizó una suerte de conferencia de prensa para que el arquero ponga la cara(nta) y explique qué pasó. Pero la conferencia de prensa fue un paso de comedia. Porque los periodistas iban preparados con preguntas teledirigidas que se caían de maduro. Preguntas a las que el arquero respondió tartamudeando y con más dudas que la defensa de Boca en esos momentos. Hasta que pisó el palito y se le escapó un “no tengo problemas personales”. A los botes. Inmediatamemte se cortó el audio en la sala de conferencias y los medios buscaron a Ischia para que cuente su versión. El técnico, entre sorprendido y enojado, terminó reconociendo que mintió al decir que sacaba al uno por sus problemas personales. Y que mintió para cuidarlo. Entonces la versión de que Caranta le planteó a Ischia su disconformismo para con el diez, tomó fuerza. A los pocos días, el polvorín se apagó con la victoria del xeneize 1-0 en el Monumental. Y quedó más apagado con una seguidilla de triunfos dramáticos. Y ni que hablar con la obtención de ese Apertura 08. Pero, pasadas las cañitas voladoras por la vuelta olímpica en el estadio Juan D. Perón, vendría más pirotecnia. Caranta declaró sentirse desprestigiado por el DT. E Ischia, ya no andaría con sutilezas para cuidar al cordobés. Lo tiró al río atado de pies y manos con un “es muy difícil seguir confiando en alguien que no tiene ganas de jugar”. Chan.