Cuando un volante ofensivo deja una marca de 2 goles en 40 partidos, ya desde el vamos se hace terriblemente difícil no pensar que su paso por Boca fue un fiasco. Si a eso le sumamos un permanente trote cansino y una expulsión pelotuda contra Cienciano en el Nuevo Gasómetro, el combo está armado para que hablemos un rato de Guillermo Marino.
Llegó a mediados de 2005 proveniente de Ñuls. Pero como había estado cerca de 6 meses sin jugar por problemas de contrato, la que arribó a Boca no fue la mejor versión del Marino campeón con la Lepra.
Para colmo de males, el “Coco” se la jugaba con once de memoria, así que Marino comió banco a lo loco.Tras la partida de Bilos, “Pocho” Insúa y Basile, el cordobés encontró lugar y comenzó a jugar bastante seguido. Pero la realidad es que nunca terminó de afirmarse. Siempre le faltaba dar el gran golpe. No se le recuerdan partidos descollantes y esos dos goles que hizo (en el Apertura 2006, uno a Gimnasia en el 4-1 cuando el Lobo no hizo mucha fuerza que digamos y otro en el 4-1 a Colón una tarde lluviosa) son muy poco cosa.
Con Russo como técnico casi que no jugó. Esa expulsión frente a Cienciano por la primera fecha de la Libertadores 2007 fue la gota que rebasó el vaso. Entró en la mirat del segundo tiempo y a los pocos minutos lo echaron por tirar la pelota lejos luego de que el árbitro había parado la jugada. Sin palabras.
Su último partido fue el 17 de junio de ese año, en un muletto que se presentó en cancha de Lanús (y empató 0-0 por la última fecha del Clausura 07) mientras los titulares se preparaban para ganarle al Gremio la final de la Libertadores.
Su carrera siguió en Tigres de México.
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UPDATE
El segundo ciclo de Guillermo Marino en Boca arrancó furioso y hasta con cierto aroma de tener que dar de baja el post y tratar de ubicarlo (?) para pedirle perdón.
Es que el 23 de agosto de 2009 por la primera fecha del Apertura recibió la orden de Coco Basile en el entretiempo para entrar por Nico Gaitán. Se ajustó el rodete (?) y en apenas seis minutos metió dos goles y transformó el 0-2 del Bicho en 2-2.
El efecto rebote de semejante presentación tras dos años en los Tigres de México le duró apenas un par de partidos. Enseguida volvió a lo suyo. Trote cansino, pisada, calesita y toque al costado.