sábado, 17 de octubre de 2009

Bruno Urribarri


Si algo caracterizó a Boca como institución en la década de 2000, es el surgimiento de muchos e interesantes proyectos juveniles provenientes de la cantera de Casa Amarilla. Pero así como decimos una cosa, también hay que decir que la mayoría de esos interesantes proyectos, por h o por b, vieron frustrada su permanencia en el plantel profesional. Y ni que hablar de que puedan ganarse un lugar y jugar en la primera.
Uno de estos casos es el de Bruno Saúl Urribarri, marcador de punta izquierdo, hijo de un conocido político justicialista que llegó a ser gobernador de su Entre Ríos natal.
Pegó el salto en 2007, cuando Miguel Russo comenzó a rifar el Clausura en pos de ganar la Libertadores. Debutó oficialmente el 20 de mayo en la cancha de Quilmes cuando un mix de suplentes y titulares le ganaron 2-1 al Cervecero con goles de Palacio y Jesús Dátolo.
Entre esos últimos encuentros del Clausura y los primeros del Apertura, jugó en total 10 partidos y no hizo goles. De baja estatura (1,68), Urribarri en general cumplió buenas actuaciones y aportó veloces trepadas en ataque. Se notaba que no era un negado con la bocha en los pies pero su falta de cabezazo y marca le jugaron en contra. Y más en un plantel donde para empezar a hablar estaban Clemente Rodríguez (en el primer semestre), Morel y Krupoviesa.
Su despedida fue bastante oscura. Contra Colón en Santa Fe por el Apertura, Beligoy lo mandó a las duchas al toque de empezar el segundo tiempo en una de esas expulsiones que sólo se gana un pibe que recién empieza.
Y pese a su promisoria irrupción, nunca más jugó en Boca. ¿Qué pasó con Bruno Urribarri? Todo un misterio. Hasta donde sabemos, un grupo empresario compró su pase y lo llevó a Argentinos Juniors. Pero del Bicho, sin jugar ni siquiera un minuto, pasó entre gallos y medianoches al Asteras Tripolis de Grecia.
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(Gracias a Lucas Merolla por la foto de Urribarri. Lástima el acompañante)