martes, 26 de enero de 2010
Julio César Alcorsé
Caso curioso y tal vez uno de los más grosos a la hora de buscarle explicaciones a lo inexplicable. Porque si hoy día sigue teniendo cierto rebote el nombre de Julio César Alcorsé, seguro que no es por lo hecho en la primera de Boca.
Y estamos tan convencidos de eso como de que sus únicos 20 minutos con la camiseta xeneize fueron un manojo de nervios para él, para sus compañeros, para el técnico y para todos los hinchas. En otras circunstancias, veinte minutos tal vez hubieran pasado desapercibidos, pero ese 10 de diciembre de 2000, imposible.
Boca campeón del Mundo visitó a Chacarita en cancha de Vélez por la penúltima fecha del Apertura. Y con la excusa válida del cansancio, no pudo llevárselo por delante al Funebrero. Más bien todo lo contrario. El segundo tiempo arrancó a puro traspié. Gol de Chaca, expulsión de Chelo Delgado y otro gol de Chaca. Pero tras el descuento del Patrón Bermúdez, Bianchi voló al Chino Pereda y puso a Alcorsé haciendo dupla de ataque con Palermo, ¿Objetivo? El de encontrar el empate aunque sea en algún cabezazo.
Para ser sinceros, al pibe, centrodelantero flaco, alto y surgido de las inferiores, le tiraron un carbón encendido en su debut. Venía con la chapa de haberle metido 5 goles a Lanús en un partido de reserva, pero esa tarde el escenario era muy diferente. Boca debía quemar las naves e ir a matar o morir para tratar de empatar el partido y no dejarle servido el campeonato a un River que jugaba después con Huracán.
Alcorsé se movió, saltó a cabecear un par de veces pero se vio arrastrado por el vértigo de un equipo que iba desesperado y sin ideas.
Aunque la experiencia terminó en derrota 1-2 y obviamente no fue buena, el gol de Derlis Soto en Núñez devolvió el alma al cuerpo e hizo pensar en que Alcorsé tendría alguna que otra chance más de mostrarse. Pero no. Misteriosamente, nunca más jugó en Boca. Resumiendo, fueron 20 minutos y cero gol en primera pero una jornada consagratoria en la reserva haciendo 5 goles en noventa minutos.
Se fue a préstamo al Lucerna de Suiza, volvió en 2002 para irse al toque y seguir su carrera en Brown de Arrecifes, Deportivo Morón, el Entella de Italia, Unión La Calera de Chile, Sportivo Belgrano de San Francisco, Deportivo Roca de Río Negro, los Hibernians y Marsaxlokk de Malta y Guaraní de Paraguay, en donde se lo pudo ver durante 2009.