Debajo de ese ramillete (?) de futbolistas festejando un gol en el Carminatti, está apenas una parte de los responsables de la impresentable campaña del Apertura 2010 una novedosa modalidad que acercó el Bichi Borghi y su cuerpo técnico: unos aparatitos GPS bien disimulados debajo de las camisetas de Boca y puestos allí para medir las distancias y el recorrido de algunos futbolistas.
Estrenados frente al Melbourne Victory en la gira por Australia, el domingo 12 de septiembre de 2010 fueron usados por primera vez en un partido oficial. De modo que la visita a Bahía Blanca para enfrentar a Olimpo por el Apertura, dejó un poco más de tela para cortar respecto al bendito tema de los carrileros. Es que como se le caían todos los soldados en ese puesto, calculamos que el técnico habrá querido demostrar con espejitos de colores números lo que no podía demostrar en el campo de juego. Así las cosas, los conejillos de indias esa jornada fueron el Pochi Chávez, el Pichi Erbes y el paraguayito Orlando Gaona Lugo. Este último, quemando sus últimos cartuchos ese semestre, ya que no iba a necesitar más mediciones al sufrir fractura de peroné por stress físico un par de semanas después. Sin palabras.
En resumen, los tres elegidos salieron al campo de juego con un chaleco que debajo de la camiseta de Boca atravesaba el pecho y tenía un bolsillo por detrás. Bolsillo donde se ponía el aparatito para monitorear desde una computadora central los datos sobre la velocidad que recorrían los futbolistas y su ritmo cardíaco. Espectacular (?). Y bastante económico (?) si consideramos los 30.000 dólares que costaron.