El miércoles 13 de febrero de 1963 los jugadores boquenses se entrenaron normalmente pensando en el amistoso que, como parte de la pretemporada, deberían disputar al día siguiente frente al mejor y más popular equipo de la, por entonces, República de Yugoslavia: el Estrella Roja. Según las informaciones, el equipo yugoslavo venía con todos sus titulares, entre ellos nada mas ni nada menos que su máxima figura: Dragoslav Sekularac. Éste era considerado en esos momentos uno de los mejores jugadores del mundo. Volante, superhabilidoso, talentoso. Cerebro y conductor no solo de su equipo sino también de la selección de su país que había obtenido el cuarto puesto en el mundial de Chile 62. Eximio y exquisito futbolista, muchos todavía hoy lo siguen considerando el mejor jugador yugoslavo de todas las épocas. Era una atracción por si mismo.
Pero… por la tardecita de ese mismo día una noticia sorprendió a todos: el equipo que había arribado a la Argentina para jugar con Boca no era el Estrella Roja sino el Slovnaff Bratislava de la hoy desaparecida República de Checoslovaquia, equipo que no tenía ni el prestigio ni la jerarquía ni la cotización del yugoslavo. Su único jugador destacable era el volante-delantero Scherer, integrante de la selección subcampeona del mundo en 1962. El resto, según las crónicas de la época, era algo así como un “rejuntado” entre algunos titulares y mayoría de suplentes.
Jugadores, técnicos, hinchas, dirigentes y periodistas no salían de su asombro ¿qué había sucedido? Nunca se aclaró debidamente. Algunos hablaban de un error de las agencias informativas (?), la mayoría utilizaba la palabra “timo” para designar la maniobra de la que habían sido víctima los dirigentes boquenses. Otros culpaban a los dirigentes xeneizes, acusándolos de haber promocionado un partido a sabiendas de que el rival en realidad era otro. ¿cuál fue la verdad? Nunca se supo bien, aunque la mayoría se inclinó por pensar que a los dirigentes del club les metieron gato por liebre.
De todas formas el partido se jugó el 14 de febrero en la Bombonera y Boca, con goles del peruano Miguel Loayza y del gran Paulo Valentim ganó por 2 a 0 sin esforzarse demasiado.
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Autor Jorge Claudio Joffrés
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Autor Jorge Claudio Joffrés