Es innegable que la combinación entre Boca y Hugo Orlando Gatti generó una oleada de curros sucesos de todo calibre. La personalidad del Loco más la gigantesca repercusión popular que no le habían dado su paso por equipos más chicos como Atlanta y River, fue de tal magnitud, que a la grabación de un disco, la publicidad en el buzo de arquero y hasta la fabricación de juegos de mesa, tenemos que contabilizar a Los Cebollitas de Gatti.
Corría noviembre de 1976 cuando un grupo de pibitos de 10 y 12 años se juntaban todos los días a jugar a la pelota en la sede central de la Liga de Fútbol Amateur. La cosa es qie como entre los pibes había hinchas de Boca, de Independiente, San Lorenzo y hasta uno de River, el tema del nombre del equipo no fue fácil de dirimir (?). Y ahí es cuando se dieron cuenta que todos tenían algo en común: la idolatría por Gatti.
El sueño de Los Cebollitas de Gatti era anotarse en la primera Liga Argentina de Fútbol Infantil, torneo que se disputaba los sábados y era transmitido por Canal 7. Sueño que parecía imposible de alcanzar hasta que hizo su aparición el auspiciante del programa y viendo el negocio sueño de los pibes, les regaló las camisetas y los anotó en el campeonato. De paso (?), el campeonato tomó una repercusión mediática de proporciones.
Junto a las camisetas, que eran blancas con una caricatura enorme del Loco en el pecho, vinieron de yapa unas vinchas celestes y blanca para que cada pibe use durante los partidos.
El plantel completo de Los Cebollitas de Gatti estaba formado por Claudio Di Buono, Darío Reynoso, Oscar Rodríguez, Fernando Moreno, Hugo Taracido, Leonardo Rodríguez, Gustavo Taracido, Alejandro Crea, Mercelo Arceri, Sergio Larroca, Marcelo Pasamonte, Daniel García Araya, Jorge Martín y Julio Escobar