Con sólo decir Blas Armando ya está todo dicho. Gran variedad de golpes y patadas. Giunta representó a la perfección lo que quiere la hinchada para un cinco boquense. Garra, corazón y fiereza.
Imposible recordar todos sus foules. Porque había mil por partido. Imposible olvidar los “uhhhhhhh” de la Bombonera cuando Blas barrenaba y conectaba a un rival a la altura de la rodilla. O cuando se comía un caño. Era número puesto que a la jugada siguiente corría sangre.
Su repertorio incluía codazos en el cuello, patadas voladoras a la altura de la cabeza y trompadas. En un Ferro Boca y ante una intempestuosa salida del ”Mono” Burgos, Blas lo tomó del cuello y le dijo “¿Vosssss queréssss morir en essste inssstante, nene?”.
Blas Armando Giunta: gracias por todo.