jueves, 18 de diciembre de 2008

Boca vs Chivas




Las Chivas habían dado el campanazo goleando a Boca en Guadalajara 4-0 por la ida de los cuartos de final de la Libertadores 2005. Entonces durante los quince largos días de espera para jugar la revancha el clima se fue caldeando. Lo concreto es que en el partido jugado en la Bombonera, el xeneize arrancó con todo pero no pudo quebrar el cero durante los primeros 45 minutos. Con el milagro, cada vez más lejos, la segunda etapa se fue poniendo espesa. Boca equipo decidió entonces salir a la caza del “Bofo” Bautista. Figura en la ida y alma del equipo, el hábil delantero se tomó el atrevimiento de tirar algunos lujos en Brandsen 805 y, obviamente no se la iba a llevar de arriba. Entonces y ante un foul común en media cancha, se desató toda la bronca contenida hacia él. Primero, Cascini fue a increparlo por un empujón. Bautista dijo algunas palabras de más enrostrando la casi abrochada clasificación y tuvo la brillante idea de levantar cuatro dedos de su mano frente a la tribuna. Fue Palermo entonces quien asumió el papel de justiciero. Comenzó a perseguirlo por toda la cancha. Le tiró un topetazo y el “Bofo” empezó a escapar. El árbitro, viendo que la cosa se le empezaba a ir de las manos, expulsó a ambos. Un policía, inexplicablemente, le sugirió al mexicano irse a las duchas pasando por delante del banco local, de los palcos y de la tribuna de Casa Amarilla. Un verdadero amigo. Lo cierto es que en ese interminable trayecto, le pasó de todo a un “Bofo” que a esa altura no podía contener sus lágrimas. Recibió un inolvidable escupitajo del Chino Benitez, de los palcos le tiraron de todo, sufrió empujones y trompadas por parte de los utileros de Boca y la frutilla estaba guardada para el final. Llegando al túnel, un simpatizante de la platea baja, saltó el blindex, lo corrió y le tiró una patada voladora. Cuando milagrosamente parecía que el partido iba a reanudarse, una lluvia de proyectiles impidió que el arquero azteca volviera a ocupar su lugar. El árbitro, cansado y tras una larga espera, decidió suspender el partido cuando faltaban todavía 11 minutos. Un grupo de mariachis vestidos para la ocasión empezó a guardar rápidamente sus trompetas en el codo de la tercer bandeja visitante, mientras todo el estadio rugia un “Aserrín, aserrán, de la Boca no se van”. Tras algunos forcejeos finales, el "Chelo" Delgado fue arrestado y pasó la noche en prisión por agredir a un policía. La Conmebol clausuró la Bombonera por tres partidos internacioneles y Boca se despidió de la Libertadores 2005 en medio de un verdadero escándalo.