Un Boca plagado de juveniles se comió una terrible goleada en su visita a Central. Hasta acá parece una noticia típica de las ocurridas en 1984 o en tiempos de crisis o huelga de profesionales. Pero no. La historia es muy diferente. Pocos días antes, el xeneize había obtenido la Libertadores 2003 frente al Santos de Brasil y entonces se decidió darle un descanso a los jugadores y homenajearlos con un festejo organizado en Brandsen 805 por semejante logro. Pero el detalle es que a la misma hora en que la Bombonera explotaba de fuegos artificiales y estaba llena de gente celebrando la Copa junto a los jugadores, Boca estaba jugando en Rosario la última fecha de un Clausura 2003 en el que ya obviamente no tenía chances. El muletto que presentó el xeneize esa tarde en Arroyito formó con el hoy fallecido Eberto en el arco. Osella, Joel Barbosa, Carballo y Magnano atrás. En el medio Verón, Matías SIlvestre, Caffa y Jonathan Fabbro. Y arriba Boselli y Bracamonte. En el complemento, el DT interino Regenhardt, hizo entrar a Ormazábal, Pablito Alvarez y Edilio Cardoso de Oliveira que poco y nada pudieron aportar. El match terminó con un lapidario 2-7 que sirvió sólo para las estadísticas y para que Luciano Figueroa (autor de cinco de los siete goles canallas) termine como goleador del campeonato.