Así como hay personas que inexplicablemente se ganan el quini o se llevan un auto de algún sorteo multitudinario. Así de esa forma, cayó parado Fabio Mario Talarico en Boca.
Estamos de acuerdo que en todo rubro de la vida hay que tener una cuota de azar, pero en este caso en particular, el destino fue más que generoso con el hábil mediocampista.
Volante ofensivo y zurdo que desembarcó en el xeneize a mdiados de 1993. Debutó oficialmente el 12 de junio por la última fecha del Clausura. Fue una nublada tarde en la Ciudadela tucumana cuando el Profesor Habegger lo mandó a la cancha reemplazando a Gustavo Neffa faltando unos quince minutos para terminar el partido. Fue victoria final 2-1 frente a San Martín de Tucumán que, de esa manera, se despedía de la “A” y volvía a yugarla en el Ascenso.
Tras el Clausura, tuvo la chance de jugar un rato en la fantasmal Copa Centenario. Así fue como completó los noventa minutos en el 0-0 frente a River en la Bombonera el 3 de julio. Y ya por la ronda de perdedores, entró faltando dos minutos para aguantar el 1-0 frente a Vélez en cancha de Ferro. Ese ingreso por un agotado Beto Márcico fue, al mismo tiempo, su despedida de Boca. Así que si las cuentas no nos fallan, estuvo algo así como 110 minutos en cancha. Y adiós Talarico. Fue perdiendo lugar pero, según unas declaraciones que hizo a la revista El Gráfico, se ve que no se hizo mucho problema: "...tengo todo muy claro. Sé que la prioridad la tienen otros muchachos. Por eso no me hago drama y sigo entrenando sin problemas...".
Su carrera, que había visto la luz nada menos que en River, siguió en Unión y tras su casi imperceptible paso por Boca, continuó según nos contaron en el Cannes de Francia.
Se retiró muy joven y pudo vérselo laburando en la tele como periodista deportivo.
Estamos de acuerdo que en todo rubro de la vida hay que tener una cuota de azar, pero en este caso en particular, el destino fue más que generoso con el hábil mediocampista.
Volante ofensivo y zurdo que desembarcó en el xeneize a mdiados de 1993. Debutó oficialmente el 12 de junio por la última fecha del Clausura. Fue una nublada tarde en la Ciudadela tucumana cuando el Profesor Habegger lo mandó a la cancha reemplazando a Gustavo Neffa faltando unos quince minutos para terminar el partido. Fue victoria final 2-1 frente a San Martín de Tucumán que, de esa manera, se despedía de la “A” y volvía a yugarla en el Ascenso.
Tras el Clausura, tuvo la chance de jugar un rato en la fantasmal Copa Centenario. Así fue como completó los noventa minutos en el 0-0 frente a River en la Bombonera el 3 de julio. Y ya por la ronda de perdedores, entró faltando dos minutos para aguantar el 1-0 frente a Vélez en cancha de Ferro. Ese ingreso por un agotado Beto Márcico fue, al mismo tiempo, su despedida de Boca. Así que si las cuentas no nos fallan, estuvo algo así como 110 minutos en cancha. Y adiós Talarico. Fue perdiendo lugar pero, según unas declaraciones que hizo a la revista El Gráfico, se ve que no se hizo mucho problema: "...tengo todo muy claro. Sé que la prioridad la tienen otros muchachos. Por eso no me hago drama y sigo entrenando sin problemas...".
Su carrera, que había visto la luz nada menos que en River, siguió en Unión y tras su casi imperceptible paso por Boca, continuó según nos contaron en el Cannes de Francia.
Se retiró muy joven y pudo vérselo laburando en la tele como periodista deportivo.