Volante ofensivo que arribó al xeneize a mediados de 1989 junto con otros refuerzos para darle forma al Boca de Aimar. Debutó oficialmente el 27 de agosto por la segunda fecha de la temporada 1989/90 en la derrota 0-1 ante Deportivo Español en cancha del Globo. Y la verdad que Chicho completó noventa minutos bastante flojitos contra su ex equipo.
Estuvo en el club hasta mediados de 1991 y en esos casi dos años no pudo ganarse un lugar ni mostrar un nivel que le abra las puertas del once titular. Técnicamente no desentonaba, pero le faltó tal vez el fuego sagrado y el temple para pedir la pelota y hacerse cargo de los ataques de Boca. Casos como este hay a pilones. Para colmo fue un perseguido por las lesiones. De hecho, durante todo el año 1990 no pudo jugar ni un partido.
Ya en el Boca de Tabárez jugó menos aún. Tres ratos en la Libertadores y dos puñados de minutos en el Clausura fueron demasiado poco para mantenerlo vivo y con chances de pelear un puesto en el equipazo de Batistuta y Latorre. Pero ante la venta de los dos delanteros a la Fiorentina, Gaona tuvo su cuarto de hora en esa Liguilla. Le hizo un gol a Argentinos Juniors una mañana en cancha de Vélez por los cuartos de final y otro gol a Racing en la Bombonera por el partido de ida de las semifinales. Aunque erró su penal en la definición ante la Academia en el Cilindro, Boca pasó a la final y esos, fueron los dos últimos partidos de Chicho en el xeneize. Luego de las dos derrotas ante San Lorenzo se fue del club dejando la sensación de que verdaderamente no había tenido muchas oportunidades para mostrarse.
Si repasamos, en total fueron 16 partidos y 2 goles. Demasiado poco por más atenuantes que haya habido.
Su carrera incluyó a Platense, Deportivo Español, Unión y Belgrano de Córdoba en la Argentina. Y en el exterior, supo vestir las casacas de Independiente de Santa Fe en Colombia y Sportivo Luqueño en Paraguay.
Estuvo en el club hasta mediados de 1991 y en esos casi dos años no pudo ganarse un lugar ni mostrar un nivel que le abra las puertas del once titular. Técnicamente no desentonaba, pero le faltó tal vez el fuego sagrado y el temple para pedir la pelota y hacerse cargo de los ataques de Boca. Casos como este hay a pilones. Para colmo fue un perseguido por las lesiones. De hecho, durante todo el año 1990 no pudo jugar ni un partido.
Ya en el Boca de Tabárez jugó menos aún. Tres ratos en la Libertadores y dos puñados de minutos en el Clausura fueron demasiado poco para mantenerlo vivo y con chances de pelear un puesto en el equipazo de Batistuta y Latorre. Pero ante la venta de los dos delanteros a la Fiorentina, Gaona tuvo su cuarto de hora en esa Liguilla. Le hizo un gol a Argentinos Juniors una mañana en cancha de Vélez por los cuartos de final y otro gol a Racing en la Bombonera por el partido de ida de las semifinales. Aunque erró su penal en la definición ante la Academia en el Cilindro, Boca pasó a la final y esos, fueron los dos últimos partidos de Chicho en el xeneize. Luego de las dos derrotas ante San Lorenzo se fue del club dejando la sensación de que verdaderamente no había tenido muchas oportunidades para mostrarse.
Si repasamos, en total fueron 16 partidos y 2 goles. Demasiado poco por más atenuantes que haya habido.
Su carrera incluyó a Platense, Deportivo Español, Unión y Belgrano de Córdoba en la Argentina. Y en el exterior, supo vestir las casacas de Independiente de Santa Fe en Colombia y Sportivo Luqueño en Paraguay.