Omar Pastoriza asumió como DT en la mitad de la temporada 1987/88, luego de la renuncia del Toto Lorenzo. Poco pudo hacer para torcer la historia de ese Boca que es recordado solo por haber llegado a la final de la rueda de perdedores de la Liguilla y perder con Platense. Sin comentarios. Pero luego de ese período de transicion, el Pato estaba preparado para su hora.
La temporada 1988/89 nos iba a mostrar un Boca renovado por la llegada de muchos refuerzos de jerarquía. Identificado inevitablemente con Independiente se trajo de Avellaneda a Marangoni y Barberón en lo que fue una movida fuerte. Esto, más separar del plantel nada menos que al Loco Gatti en la primer fecha, hizo que al principio se lo mire de reojo. Pero el arranque de Boca en el campeonato silenció cualquier murmullo. Se sabe que los triunfos tapan todo. Y asi fue una vez más. Es que el xeneize jugaba bien y ganaba. Pero...... a mitad de la segunda rueda se empezó a acabar la nafta y Boca cedió la punta nada menos que a Independiente. La impaciencia de la hinchada fue creciendo en las ultimas fechas. Proporcionalemnte a los puntos de ventaja que cada vez mas separaban al xeneize del puntero. A pocas fechas del cierre y con un Indpendiente a paso de campeon, el “Pato” no tuvo mejor idea que entrar a la Bombonera con una bufanda roja. Terminó subcampeón y ni siquiera pudo ganar la Liguilla. Tras perder la final 0-4 con el Ciclón en cancha de Huracan dejó de ser el técnico. Más valorado por sus asados que por sus conocimientos tácticos, Pastoriza no pudo entrar en la historia grande de Boca Juniors.
La temporada 1988/89 nos iba a mostrar un Boca renovado por la llegada de muchos refuerzos de jerarquía. Identificado inevitablemente con Independiente se trajo de Avellaneda a Marangoni y Barberón en lo que fue una movida fuerte. Esto, más separar del plantel nada menos que al Loco Gatti en la primer fecha, hizo que al principio se lo mire de reojo. Pero el arranque de Boca en el campeonato silenció cualquier murmullo. Se sabe que los triunfos tapan todo. Y asi fue una vez más. Es que el xeneize jugaba bien y ganaba. Pero...... a mitad de la segunda rueda se empezó a acabar la nafta y Boca cedió la punta nada menos que a Independiente. La impaciencia de la hinchada fue creciendo en las ultimas fechas. Proporcionalemnte a los puntos de ventaja que cada vez mas separaban al xeneize del puntero. A pocas fechas del cierre y con un Indpendiente a paso de campeon, el “Pato” no tuvo mejor idea que entrar a la Bombonera con una bufanda roja. Terminó subcampeón y ni siquiera pudo ganar la Liguilla. Tras perder la final 0-4 con el Ciclón en cancha de Huracan dejó de ser el técnico. Más valorado por sus asados que por sus conocimientos tácticos, Pastoriza no pudo entrar en la historia grande de Boca Juniors.