Ícono del Boca multiganador del Toto Lorenzo en la década del 70, Vicente Pernía tiene ganado su lugar en la historia de Boca. Y se lo ganó, básicamente, a fuerza de golpes. Porque para decir la verdad, el “Tano” pegaba a mansalva.
Recordado por mil enfrentamientos, Pernía no se andaba con chiquitas y siempre estaba listo para el combate. Si había que ir a buscar a Pasarella, él se ofrecía. Era un clásico verlo pasar por al lado de “su” delantero antes.de los inicios de partidos para susurrarles un “...que lindo que estás, que lindas piernas que tenés para que te las haga mierda...”.
Pernía, al ser puro temperamento, tenía tal vez como mayor defecto sus alevosas patadas a la vista de todas. Pero lo salvò un momento de la historia en la que no existía fair play, ni último recurso, ni Castrilli.
El “Tano” era un cerrojo como marcador de punta derecho. Y si fallaba el cerrojo y se colaba algún puntero izquierdo, sacaba la guadaña y otra cosa. Vicente Pernía, un grande con todas las letras.
